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3'2

DOMINGO CUARTO

sitlam. Et set!enr docebat de

navicula turbas. Ut ces.ravit

autem loqui, dixit ad Simo–

nem: Duc in altum, et la:xate

,.etia vestra in capturam. Et

respondens Simon, dixit

illi;

Prceceptor, per totarn noctem

laborantes, nihil cepimus:

in

vet·bo autem tuo laxaba rete,

Et cum hoc feciuent, conclu–

serunt pisciurn multitudinem

copio1am

,

rumpebatur autem

rete eorum. Et annuerunt so–

cii1, qui erant in alia navi,

ut venirent et adjuvarent eos.

Et venerunt, et impleverunt

ambas navicula1, ita ut pame

mergerentur. Quod cum vide–

ret Simon Petrus, procidit ad

genua Jesu, dicens: Exi d me,

quia horno peccator sum, Do–

mine. Siupor enim circumde–

derat eum, et omnes qtJi cum

i/Jo_erant, in captura piscium,

quam ceperant: similiter autem

Jacobum et Joannem, filio,;

Zebedcei

,

qui erant socii Si–

monis. Et ait ad Simonem Je–

.sus: Noli timere: ex hoc jam

liomines eris capiens. Et sub–

ductis ad terram navibus, re–

lictis omnibus, secuti sunt eum.

estando sentado, ensefiaba

á

las

turba.s desde la navecilla. Luego

que acabó de hablar, dixo

á

Si–

mon: Dirige

á

alra mar ,

y

echad

las redes para pescar. Y respon–

diéndole Simon, le dixo: Maes–

tro, toda la noche hemos estado

trabajando ,

y

no hemos pescado

nada; pero no obstante, fiado en

tu palabra echaré la red. Y ha–

biéndolo executado , encerraron

una copiosa multitud de peces, de

manera que se les rompía la red. Y

hicieron señas

á

sus compañeros,

que estaban en otra nave, para que

viniesen,

y

Jos ayudasen. Y vinie–

ron, y llenaron ambas navecillas,

de manera que casi se iban

á

fon–

do. Viendo lo cual Simon Pedro, se

echó á los pies de

J

esus, diciendo:

Apártate de mí, Señor, porque soy

uu hombre pecador: porque él, y

cuantos con él estaban .se habían

quedado atónitos de la p_esca que

habían hecho de peces; de la mis–

ma manera se admiraron Santiago

y

Juan, hijos del Zebedeo, que

eran compañeros de Simon. Y Je–

sus dixo

á

Simon: No temas, de

aquí adelante serás pescador de

l¡pmbres. Y arrimando las naves

á

tierra, dexándolo todo, siguieron

al Señor.

MEDITACION.

De la renuncia que debemos hacer de todo lo que nos

es amable por amor de Jesucristo.

P U N T O P R I M E R O.

Considera que el evangelio no anuncia sino

la humil–

dad, la rnortificacion, la penitencia,

y

en todas partes