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DESPUE.S DE PENTECOSTES.

27

cion. Pedro

y

sus compañeros habían pescado de propio

motu toda la noche, habíanse fatigado

y

sudado mucho

sin coger nada; y sola una vez que echan la red de órden

de Jesucristo , sin trabajar mucho cogen bastantes peces

para llenar las dos barcas. La pesca es aquí figura del mi–

nisterio evangélico: para exercerle con fruto es menester

ser llamados

á

él por Jesucristo, estar animados de su

espíritu,

y

no trabajar sino de su órden. Cuando quien

trabaja es el hombre solo, trabaja tal vez mucho , se

fa–

tiga, suda; pero todo es en vano

y

sin fruto. Tampoco se

gana nada, antes

bien

se pierde todo trabajo, estudio, su–

dor, cuando en su trabajo no se busca uno sino á sí mismo.

Per totam noctem laborantes, nihil cepimus:

¡Cuántas per–

sonas -harán un dia esta triste confosion

!

Intrusos en el sa-

. grado ministerio,¡ qué de trabajos sin fruto! Animados de

un espíritu vano,

y

con fines tal vez torcidos: movidos de

una vivacidad del todo

natural~

¡qué de zelo infructuoso,

ó

á

lo menos sin mérito! Cuando solo se obra por genio,

cuando solo se hace la propia voluntad, cuando solo se

sigue

el humor propio

y

el capricho, se trabaja, se su–

da , pero siempre de noche

y

sin fruto. Tales son aquellas

personas que parece debían ser ricas en buenas obras

y

en méritos:

/7iri divitiarum,

como las llama el Profeta,

que no trabajando sino de noche, no han sido ricas

y

po–

derosas sino en sueños:

Dormierunt somnum suum;

y

no

habiendo despertado

sino

á la hora de la muerte, se halla–

ron con las manos vacías,

y

con todos sus trabajos per–

didos:

Et nihil invenerunt in manibus suis.

San Pedro

y

san Andres llaman

á

los de la otra barca para que vayan '

á

tener parte con éllos en la pesca que habían hecho.

¡Ay

de aquellos

ministros.

de Jesucristo, que por una envidia

maldita quieren mas bien ver perecer una parte del reba–

ño , que partir el cuidado con ótros, por tener éllos solós

toda la honra!

Quod curn videret Simon Petrus, procidit ad genua Je–

su, dicens: E x i d me, quia horno peccator sum, D omine:

Aturdido Simon Pedro de este milagro, se postra á los

pies de Jesus,

y

exclama todo fuera de sí: Apartáos de mí,

Señor, porque

soy

un pecador, indig no de ponerme en

vuestra pre encia:

E x i

á

me

,

quia

horno peccator sum.

Estas palabras solo son señal de un profundo respeto,