Table of Contents Table of Contents
Previous Page  361 / 414 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 361 / 414 Next Page
Page Background

DESPUES DE PENTECOSTES.

353

tal es un estado de muerte. El que está muerto,

i

cómo

podrá hacer obras de vida? Y si no son obras de vida las ·

que se hacen en pecado mortal,

z.de

qué

podrá.et

servir

para la eternidad?

El

pecado mortal reduce al hombre á no ser nada en

el

órden de la gracia

(r:Cor.

13.):

Charitatem autem non

habuero, nihil sum.

De la nada, nada se debe esperar.

¡Buen Dios, qué pérdida la de un pecador durante la

vida! Jamás le recibiría Dios en cuenta lo que hace en

estado de pecado mortal.

Nuestras acciones no son meritorias para la eterni–

dad sino en cuanto son consagradas por Jesucristo; pero

para esto es necesario que nosotros estemos unidos con

Jesucristo por la caridad: mientras subsiste esta union,

nuestras acciones sacan de él una virtud particular ; pero

el pecado quita esta comunicacion, y quedamos como

sarmientos secos

é

inútiles que solo sirven para el füego.

Los bástagos de

la

vid no llevan fruto sino en cuanto

permanecen unidos

á

la

cepa.

¡Qué bien conocieron

y

gustaron los santos esta im–

portante verdad! ¡Qué no hicieron y qué no padecieron

por no separarse jamás de esta misteriosa vid! Honras.

pasatiempos, riquezas , vanos relumbrones con que el

mundo deslumbra

y

encanta, desgracias , persecuciones,

suplicios horribles con que el demonio procura aterrar–

nos; nada fue capaz de hacer vacilar su fe, ni de arran–

carlos

y

separarlos de Jesucristo. Los santos Tiburcio,

Valeriano y Máximo todó lo sacrificaron antes de perder

la gracia:

¡y

cuántas personas lo pierden todo por un

solo pecado mortal! ·

¡Dios mio, en qué estado tan lastimoso he vivido !

¡Qué sería de mí al presente si vos hubiéseis arrojado

al

fuego este sarmiento desgajado

y

separado! Volvedle

á

unir

á

la cepa por vuestra gracia, divino Salvador mio;

en

esto voy

á

trabajar desde este momento.

JA C U LATO R l A S.

N e projicins

me

a f acie

tua

,

et

Spirit zmt sanctum

tuuf1J

1te

auferas

a

me.

Salm. 50.

N o me ar rojes , Señor, de tu presencia: haz que las

luces

de

tu

E

píritu santo me

alumbren

á

toda hora,

Tom.

V.

Z

'

'