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DOMINGO VEINTE Y DOS

Quis nos separabit d charitate Christi?

Rom. 8.

i

Quién nos separará jamas de la caridad de Jesucristo?

PRO POS 1 TO S.

1

La suma desdicha es estar en pecado mortal: cual- .

quiera otra de-;gracia es tolerable: ninguna hay que no

tenga algun lenitivo , algun reniedio

ó

en esta vida ó en

la ótra; esta sola es sin consuelo. Si la misericordia del

Salvador no _detuviese la malicia del enemigo -de la sal–

vacion de los hombre ,

i

se verian muchos pecadores so–

brevivir luego que cometen un pecado mortal? ¡Qué

fu–

nestos accidentes no se verian, qué de golpes imprevis–

tos, qué de muertes repentinas l Se ignora la verdadera

causa de la mayor parte de las desgracias que suceden

durante la vida: algun dia se sabrá que el orígen de

todas éllas estaba en nosotros mismos. Se peca, se vive

en pecado, ¡y causa admiracion el que aquel proyecto

se haya de vanecido, el que la division rey ne en la

fa–

milia, el que aquel hijo único le hayan muerto! Mas ad-

-

miracion debiera causar el que viviendo en pecado se

haya saEdo bien de aquel mal paso , de aquel pleyto,

de aquella enfermedad , sino se supiera que estos pre–

tendidos felices sucesos son no pocas veces efectos del

enojo de un Dios irritado: Dios no castiga por lo regu–

lar mas severamente al pecador que cuando le_dexa ador–

mecer en la prosperidad. Si tienes alguna vez la desgra–

cia de caer en pecado ' ten la dicha de '•levantarte al

mismo ié

iStante. No aguardes al domingo, ó

á

una fiesta

prox:i.ma

para confesarte:

á

mas de la contricion que de–

bes tene

r incesantemente de tu pecado, recurre sin di–

lacion al méc!.ico espiritual : corre

á

buscar el remedio;

y

si al leer esto tu conciencia te .remuerde por alguna

cosa, no pases este día sin aprovecharte de la gracia que

Dios te da. Todo lo arriesgas si no haces caso de practí–

car lo que te digo.

2

Es

un error grosero .defendido en otro tiempo por Wi–

clef,

y

condenado solemnemente en el concilio de Constan–

cia, el decir, que pues todo lo que se hace en estado de

pecado mortal de nada sirve para el cielo, es inútil ha–

cer buenas obras; las que por lo mismo en consecuen-