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DOMINGO DIEZ Y SEIS

llena de una confianza que no desmaye ni se entibie. La

Iglesia tiene cuidado de darnos todos los domingos despues

de Pentecostes un perfecto modelo de una breve oracion

en el intróito de la misa; no es menester sino juntarlos to–

dos,

y

se hallarán en éllos oraciones excelentes ,

y

muy

acomodadas para todas las necesidades.

La epístola de la misa de este dia se tomó del pasage

de san Pablo

á

los efesios, en que este Apóstol, siempre lle–

no de cruces

y

de trabajos, exhorta á los fieles

á

no .es.

candalizarse,

y

á

no desmayar

á

vista de los males que

le veían padecer -por éllos en las funciones de su ministerio.

Obsecro vos

,

ne deftciatis in tribulntionibus meis pro

vobis: qute est gloria vestra.

Os ruego que no os desanimeis

en las tribulaciones que padezco por vosotros.; porque es–

to es lo que hace vuestra gloria. Si san Pablo trabajó

mucho

p9r

la salvacion de las almas, padeció tambien

mucho. El mismo hace la relacion de una parte de sus

trabajos, escribiendo

á

los corintios, persecuciones de par–

te de los judíos

y

de los gentiles;

y

de parte de los falsos

·hermanos, cárceles, suplicios, naufragios, peligros de par–

te de los ladrones, peligros de parte de mi nacion.; peli–

gros de parte de los gentiles, peligro en la dudad, peligros

en el mar. He recibido de los judíos treinta

y

nueve gol–

pes de azote, he sido azotado con varas , he sido ape–

dreado una vez,

y

tres he padecido naufragio;

i

qué de

fa–

tigas, qué trabajos, qué miserias no han ca ido sobre

mí~

Me ha sido preciso tolerar vigilias sin descanso alguno,

hambre

y

sed, contínuos ayunos, frio, desnudez;

y

<le–

mas de lo que

hay

por defuera, el cúmulo de negocios

tan pesados que cargan sobre mí todos los dias, el cuidado

de todas las iglesias. Unas persecuciones tan frecuentés,

unas humillaciones tan contínuas, unos trabajos, unas cru–

ces como estas podían ater rar

á

los nuevos convertidos

á

la fe, como lo eran los efesios ;

y

atcrrándolos , podian

di sminuir la estimacion en que tenían

á

san Pablo

y

á

su

doctrina.

El santo Apósto1 previene con tiempo la tentadon ;

y

les hace ver, que cuantos mas trabajos

y

tribulaciones le

ven padecer, tanto mas le deben estimai'

y

venerar por su

ministerio. Los males q ue padezco, les dice, contribuye¡,-¡

á

vuestra

gloria ;

pues teneis el consuelo ,

y

aun podeis