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DOMINGO DIEZ Y SEIS

mados en la caridad, podais comprender con todos los

santos cuál es la latitud, la longitud, la altura

y

profun–

didad:

Ut possitis comprehendere cum omnibus Sanctis,

qure sit ·latitudo, et longitudo

,

et sub/imitas, et profun–

dum.

El texto no expresa cuál es la cosa- de que desea el

Apóstol se conozcan estas espirituales dimensiones. San

Crisóstomo dice, que el santo Apóstol pide á Dios dé

á

los efesios la inteligencia de los grandes misterios de la

fe

que les predica,

y

singularmente del gran misterio de la

vocacion de los gentiles de que les ha hablado hasta aquí.

Se comprende la longitud de e te misterio, cuando se re–

flexiona, que desde la eternidad babia resuelto Dios lla–

mar en fin á los gentiles á la fe de Jesucristo, hacerlos su

pueblo querido,

y

formar.

y

llenar de éllos su Jglesia. La

latitud se cómprende cuando se piensa que esta voca–

cion mira á todos los pueblos del Universo,

y

que la anti–

gua alianza solo era con el pueblo judáico. La nueva, mi–

ra

á

todas las naciones de la tierra: habiendo dado Jesu–

cristo su sangre, habiendo muerto por lars.alvacion de

to–

dos los hombres, ningun hombre es excluido del beneficio

de la redencion;

i

pero de dónde viene, que habiendo muer–

to el Salvador por todos los hombres, no todos los hom–

bres se salvarán,

y

que el número de los escogidos es tan

corto? Porque únos permanecen en las tinieblas del error,

y

ótros abren los ojos

á

la luz. Aquí es donde es preciso

exclamar:

O altitudo

!

¡Oh profundidad de los tesoros de la

sabiduría

y

de la ciencia de Dios! ¡Qué incomprensibles

son sus juicios;

y

sus caminos cuán sobre todo lo que se pue–

de descubrir! Ruega san Pablo al Señor haga comprender

. á

los efesios, no el fondo de un misterio, que es incompren–

sible á todo entendimiento humano , sino la incompren–

sibilidad, por decirlo así, de este misterio; reconociendo

que Dios nada hace que no sea con una sabiduría infinita;

y

así como no llama, ni salva á nadie sino por su misericor–

dia, así tampoco desecha ni condena á nadie sino con jus–

ticia; disponiendo dé tal modo las cosas, que todo con–

curre al cumplimiento de sus designíos,

y

á la manifesta–

cion de sus atributos. Por la altura ó la sublimidad de es–

te misterio puede entender el Apóstol todas las ventajas de

la vocacion

á

la fe; ventajas infinitamente superiores

á

to·

do lo que se llama bienes, honras

y

fortuna sobre la tierra.