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DESPUES
DE PENTECOSTES.
243-
le hace en una oracion perseverante;
y
esto es lo que hace
Da vid implorando todo el día la misericordia y la ayuJa
del Señor:
Q1eoninm ad te clamavi tota die.
El pensamien–
t o de la bond.i d y de la infinita misericordia de Dios le
sirve mmbien J e
n
evo motivo para aumentar y avivar su
confi anza :
Quia tu, Domine, suavis et mitis es, et copio–
sus
In
misericordia onmibus invocantibus te:
Lo que me
o'.)li~a ,
Seño r ,
á
p.. Jiros con perseverancia, y
á
creer que
me habeis de oír, es el saber que sois un Dios lleno de
bondad, de suavi..iad, de mansedumbre y de misericordia
con todos los que te in vocan. Porque, iquién hay que ha–
biendo puesto en vos toda su esperanza, no haya sido
oido~
Yo, Señor, espero que seré de este número; no, no ha–
reis
por mí solo un nuevo sistema: vos sois iqcapaz de
mudaros ; y por consiguiente vuestra misericordia será
siempre vuestro cordial atributo, y la que brillará siem–
pre mas
á
nuestros ojos que todas vuestras otras maravillas,
y
yo mismo seré
á
toda la tierra una nueva prueba del
exceso de vuestra bondad para con los pecadores. Esto
lo repite muchas veces el santo Profeta en todos los sal–
mos,
y
sobre todo en el 144, cuando dice :
Miserator
,
et
misericors Dominus: patiens, et multum misericors.
EL ·
Senor es bueno, tierno, compasivo: es paciente
y
muy
misericordioso: es bueno para todas sus criaturas ;
y
su
misericordia se extiende sobre todas sus obras; de las
cuales no hay una que
á
su modo no publique lo bueno
que es Dios. El Señor está siempre cerca de los que le
invocan ,
á
fin de consolarlos ; pero de los que le invocan
con una verdadera confianza en su bondad:
Prope est Do–
minus omnibus invocantibus eum in veritate.
Y si no conce–
de al instante lo que se le pide, es porq9e gusta que se le
pida con importunidad. No hay cosa en que David sea mas
elocuente, que en publicar la bondad
y
mansedumbre de
nuestro Dios,
y
ensalzar su misericordia sin límites. El
intróito de la misa de este dia dice totlo esto en las pocas
palabras que pusimos arriba:
Miserere mihi,
Domine~
&c.
Este intróito acaba por donde empieza el salmo 85.
In–
clina
,
Domine
,
aurem tuam
,
et exaudi nre
:
quoniam inops
et. pauper sum
e~o:
Señor, atended
á
mi oracion ,
y
oíd–
me, porque soy un pobre muy necesitado. Para ser eficaz
la oracion, debe ser humilde y perseverante,
y
debe estar
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