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DESPUES DE PENTECOBTES.
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~
De todos los accidentes adversos que suceden duran·
te
la
vida, toma ocasion para decir
á
tus hijos,
á
tus
ami–
gos, á tus criados , que , hablando en rigor, no hay sino
un
solo mal que temer sobre la tierra,
y
que este mal
es el pecado. Sea este el proverbio familiar . .Repíteselo
continuamente á
tus
hijos,
y
no te pases las mas leves men–
tiras oficiosas , ni las restricciones mentales , las cuales
son unas verdaderas mentiras disfrazadas, ni las menores
impaciencias. Prohíbete
para
siempre todo aquello que
puede ofender
la
caridad~
aunque te parezca una friolera:
la
demasiada indulgencia contigo, y
la
poca con los
6tros,
es
frecuentemente la causa de muchísimas faltas. Todo
Jo que puede perjudicar en algo al próximo,
y
.todo lo que
ti-ene la sola sombra de pecado, te debe causar horror.
La
imágen sola de un monstruo horroroso espanta. Repite
á
menudo estas bellas palabras:
Malo mori, qudm
fceda1·e
animarn 111eam
:
Antes morir que manchar mi alma. No
te
contentes con tener horror al peca40, ten el mismo
á
las
ocasiones de pecar: huye de éllas tanto como del mismo
pecado. No se detesta el pecado, cuando no
se
tiene
ho–
rror
á la
ocasion•
.DOMINGO CATORCE
DESPUES DE PENTECOSTES.
E1
áomingo catorce despues
de
Pentecostes, se llama
co–
munmente en la Iglesia latina el domingo de los dos amos,
á quienes se quiere servirá un mismo tiempo,
y
el domin·
go de la providencia , por razon del evangelio que se lee
en la misa de este dia , el cual se lefa ya en tiempo
de
san Gregorio. Tomóse del capítulo sexto de san Mateo,
en que el Salvador declara la imposibilidad de servirá
un
mismo
tiempo
á
dos amos
tan opuestos ; como son
Dios,
y
el mundo: que no es posible agradar al úno, sin
· desagradar al
ótro;
y que es una quimera querer conten...
tar
á
entrambos. Exhorta des
pues Jesucristo á
sus
discípu–
los á
no
inquietarse
tanto,
ni
afanar.sepor
las necesidades