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DESPUES DE PENTECOSTES.
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sublime santidad; pero nunca fue obstáculo para esto mis–
mo la prosperidad. Es necesario ser humilde, manso, pacien–
te, caritativo; se puede serlo en todos los estados. Son nece–
sarias las cruces para entrar en el .delo: por una providen–
cia muy sabia las ha puesto Dios abundantemente en to–
das las condiciones : no es menester sino hacer buen uso
de éllas. Son ne·cesarias las buenas obras para ser uno san–
to: ¡cuántas se pueden hacer sin salir del cuidado de la
casa! Los cuidados de la familia son las principales obli–
gaciones de la virtud.
Por mas loables , por mas preciosos que sean todos los
exercicios de devocion, nunca estamos ciertos de que ha–
cemos los que
D~os
quiere de nosotros y nos pide, sino
cuando hacemos los que son propios de nuestro estado. So–
los éstos están en su lugar. A los criados no les toca esco–
gerse las haciendas; al amo es
á
quien le toca determinar
en lo que se han de emplear, y en lo que le han de servir.
Los trabajos mas penosos , las solicitudes menos interesa–
das se estiman en poco cuando son á la eleccion de quien
l!is hace;
y
no de quien las recibe.
i
Qué sirve hacer mu–
cho , si se desagrada con lo mismo que se
hace~
¡Qué ilusion la de aquellas personas que descuidan de
las obligaciones ordinarias de su estado por satisfacer
á
su pretendida devocion , la cual , en tal caso, no es pro–
piamente otra cosa que un amor propio sutilmente disfra2!a–
do! Aunque hayas omitido todas las obras de supereroga–
cion; como son, visitas de enfermos, exercicios de caridad.,
mortificaciones , penitencias; has cumplido con todas tus
obligaciones, cuando has cumplido perfectamente con las
de tu estado :
Bene omnia fecit
:
hizo bien todas las cosas.
E ste es el elogio que hacian de Jesucristo;
y
éste es el que
debe hacerse de todos los verdaderos cristianos, de todos
los sancos. Ha cumplido perfectamente con todas las obli–
gaciones de su estado, ha guardado
y
practicado con
pun~
tualidad y con
f~rvor
los mas leves , los menores precep–
tos. Esta es la prueba mas segura de una verd adera virtud:
cualquiera otra idea de devócion es falsa
é
ilusoria. Aun–
que uno hubiera practicado todas las obras de mi sericor–
dia, aunque hubiera obrado por el zelo mas ardiente, aun–
q_ue hubiera gac;;tado sus días en exercicios de devocion;
s1
ha faltado al cumplimiento de las obligaciones de su
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