![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0142.jpg)
,
1
34
DOMINGO DECIMO
la muerte por los judíos. Absalon ,
á
la cabeza de los
rebeldes , representa
á
los sacerdotes sublevando el pue–
blo contra el Salvador ; finalmente , la traicion de Ar–
quitofel, dicen los intérpretes , representa la de Judas.
Nótese que David en otra fortuna jamas estuvo sin cruz
y
sirr tribulacion, aunque siempre fue un hombre segun el
corazon de D ios,
y
siempre procuró cumplir fielmente con
sus obligaciones. ¡Qué no tuvo que sufrir de parte de Saul
contra toda justicia! Colocado sobre el trono , victorio–
so de todos sus enemigos, ¡qué no tuvo que sentir
y
que sufrir de parte de su propio hijo! Allá desterrado
de la corte , perseguido, errante por los desiertos : aquí
precisado
á
salir de su capital
y
huir
á
pie, por no verse
entregado
á
los insultos
y
á
la inhumanidad de un hijo
re belde. Asi templa Dios
y
mezcla de sinsabores las dul–
z uras de esta vida en sus escogidos. Los sostiene en las
humillaciones, á fin que una série no interrumpida de
prosperidades no corrompa su corazon ,
y
para que la
soberbia no los haga indignos de sus gracias. En esta vida
son necesarias las
adversidades~
lo úno para purificar el
alma en el fuego de las tribulaciones ,
y
lo ótro para
preservarla del contagio por medio de una humildad con–
tínu§l
y
perseverante.
La epístola de la misa de este dia se tornó de ' la
primera carta de san Pablo
á
los corintios, donde el san ...
to Apóstol explica
y
dice quiénes son los que tienen
el espíritu de Dios,
y
quiénes son los que no le tienen.
Lo que dió ocasion á san Pablo para escribirles lo que
les dice en esta carta , fue lo siguiente: en los primeros
dias de la Iglesia el Espíritu santo repartia liberalmente
sus dones de uaa manera sensible en la mayor parte de
los que se bautizaban. El don de lenguas era frecuente
en los recien convertidos : el de milagros no era mas
raro. Veíanse una infinidad de fieles que hablaban todo
género de lenguas ,
y
ótros
á
quienes el Espíritu santo
les dada ciencia infusa ,
y
la gracia de curar toda suer–
te de enfermedades. Pero como el hombre abusa tan fre–
cuentemente de los mas insignes dones de Dios\ muchos
no siempre hacian el uso que debian de estos dones es–
pirituales, abusando de su ministerios con notable des–
doro de la rel igion. E s verdad que la mayor parte los