![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0138.jpg)
130
DOM:INGO NONO
hacia el Salvador para colmarla de bienes,
y
por haber
abusado tan obstinadamente de ·1a gracia de esta visita;
todo esto, digo, nos sucede todos 1os dias
á
cada uno en
particular, aunque no con tanto estruendo. Ha
y
tiempos
y
circutL rancias de tiempo , de que puede depender toda
la economía de la sal vacion de cada uno de nosotros en
particular.
Y
no
saber conocer estas visitas de benevo–
lencia , de misericordia
y
de favor , es arriesgarlo todo,
es
exponernos
á
la última desdicha , es perderlo todo.
Reflexíor:emos de qué consecuencia es aprovecharnos de
estas favorables oca iones, de estas circunstancias de
tiem–
po, de estas ilustraciones, de estos piadosos movimientos
de la gracia. Aquel sermo9 que se acaba de oir, aque–
lla lectura de aquel libro devoto, aquel accidente funes–
to que ha sucedido, esa inspiracion que se ha tenido, son
frecuentemente unas circunstancias bien críticas para
la
sal vacion : son unos medios saludables de predestinacion:
es la visita del Salvador, que nos importa tanto conocer.
¡Cuántas personas hallaban en todo eso el camino del
cielo abierto, el que infaliblemente las hubiera conduci–
do
á
la sal vacion
!
¡cuántas personas tambien se han des–
"(:arriado de él por haber cerrado los ojos á esta divina
luz! ¡cuántas personas se han perdido infelizmente por
no
habe~
querido aprovecharse de esta gracia!
Quia si
cognovisses et tu,
qua?
ad pacem tibi.
A la mayor parte
de los que habiéndose condenado serán por toda la eter–
nidad infelices víctimas del furor divino, se les podrá
decir :
¡Oh
si vosotros hubiéseis sabido conocer las cosas
que eran capaces de daros la paz, de colmaros de toda
suerte de bienes , de procuraros una felicidad eterna! ¡oh
si hubiéseis sabido aprovecharos de aquella fuerte inspi–
racion, de aquella viva luz interior, de aquellos avisos
que Dios os daba por tantas partes! ¡oh si hubieras sabi–
do aprovecharte de aquella enfermedad, de aquella des–
gracia,
de
aquella ocasion favorable, tan propia para con–
vertirte,
y
por lo mismo tan capaz de darte la paz! Aho–
ra
estarías en la mansion de los bienaventurados , lleno
de
gozo,
y
al
abrigo de toda inquietud
y
sobresalto. Pe–
ro
por haber tenido una vida tan criminal ,
y
por esto
mismo una vida tan triste, tan inquieta, tan amarga, aho–
ra gimes en los
fuegos
inextinguibles
del
infierno , entre·