![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0135.jpg)
DESPUES DE PENTECOSTES.
1~1
res
y
de sus beneficios , educado á su.vista , dotado hasta
del
don de milagros ; Judas viene
á
ser en medio de los
apóstoles un infame apóstata,
y
entrega alevosamente
á
su
buen Maestro. Orígenes, conocido en todo el mundo cris–
tiano por sus sabios escritos: Orígenes, inflamado del de–
seo del martirio en sus primeros años, cae por su orgullo
y
presuncion en los mas groseros errores , y es mirado el
día de hoy como uno de los mas odiosos heresiarcas. Final–
mente, Tertuliano, aquel grande hombre, el oráculo de su
tiempo, tan célebre por la apología que escribió en favor
de los cristianos , y por sus otros sabios escritos , muere
montanista. Despues de unos exemplos tan estupendos,
iquién puede vivir tranquilamente
er;i
una larga
seguridad~
2,q
ué virtud será
á.
la prueba de todos los
peligros~
i
qué
inocencia, qué retiro, qué soledad podrá estar al abrigo de
la tentacion
~
iqué virtud estará exenta del peligro?
i
qué
fervor, qué zelo, y aun qué edad puede estar segura de no
dar alguna caida? Pocas personas hay que no hayan sido
te tigos de lo caduca que es nuestra virtud ,
y
que no
hayan visto funestos exemplos de nuestra flaqueza. Razon
tiene el santo Apóstol, y Je sobra para decir:
Qui se exis–
timat stare videat ne cadat:
El que juzga estar en pie
y
tenerse firme, cuide no cuiga.
El evangelio es del capítulo
t
9 de san
Lucat.
In itlo
tempore:
Cum
appropin–
quaret
Jesus Jerusale11
,
vi–
dens
civitatem
,
flevit super
i/l.;m
,
dicens
:
Quia si
cogno–
vis.res et ta, et quidem in hac
die
tua,
qu~
a,{ pacem
tibi,
nunc
autem
abscon.Jira nmt
Db
oculis- mis.
Qteia
venient
dies
i11
te:
et circumdabunt
te
inimi.
i
tui
vallo
,
et
circum–
dabunt
te et
coangunabunr
te
undique. Et a.l
terram
pror–
hrrurlf
te
,
et
filios
tun.r
,
qui
in
t~
sunt
,
et non relinqumt
in.
te
lapi.lem
super
lap1dem
:
cd quoJ non cognoveris tem-
En
aquel tiempo : Acercándose
Jesus á Jerusalen, viendo la ciu–
dad ,
lloró
sobre élla diciendo:
¡O si conocieses tú en e te dia tu–
yo lo que te conduce para la paz!
pero ahora están estas cosas ocul–
tas á
tus ojos ; porque vendrán
días aciagos para
ti;
y tus ene–
migos
te
rodearán con
trinche–
ras ; y
te cerrarán: y te estre–
charán por todas panes : y te cha–
rán por tierra,
y
á
tus h ijos que
e tán contigo ,
y
no dexaran en
ti
piedra sobre piedra, porque no
has
conocido
el
tiempo de
tu
visita, Y entrando en el templo,