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DE CUARESMA.
41
que se pudiesen hallar. Una de las muchas que llevaron
al Rey fue Ester, la que lt; ,agradó mas
qu~ to~as
las
ótras; y por su órden se
l~
dw todo l?, que se Juzgo
n~c::e
sario para su adorno, y siete damas Jovenes para servir–
la. Mardoqueo, atendiendo menos
á
la fortuna de su ·so–
brina, que
á
los riesgos
á
que estaba expuesta en la cor–
te aumentó su solicitud y sus desvelos: entr'e los mu–
ch~s
saludables consejos que la habia dado, la· babia en–
caFgado mucho, que no dixese que era judía; pero que no
por eso dexase de obrar siempre como tal. Este buen hom-
.bre pasaba casi todo el día en el zaguan del palacio en
que ,estaba su sobrina , para estar
á
la mira de lo que la
sucec,Ha. Habiéndose presentado Ester al Rey, aunque sin
haber puesto cuidado en componerse ., le agradó tanto,
que la puso la . diadema en la cabeza,
y
la hizo procla–
m ctr· reyna en lugar de Vasti. Esta ceremonia se hizo en
·todo el _imperio con gran solemnidad. El Rey rebaxó
Jos im.puestos,
é
hizo grandes mercedes al pueblo y
á
los gr.andes de la corte el dia del casamiento;
y
en to–
.das partes no se oía otra cosa que las voces que publica–
.han las q1.ras prendas
y
el mérito extraordinario de la
.Reyna Ester.
Su. elevacdon
-n~
muP,6 sus sentimientos por su relí–
gfon·,:,
,ní
para con , su tto . 1\1?.nloqueo, el cual determi–
..nó
asis t:
i.irrna~ frecu~n~e
que áptes al átrio de palacio,
para estar mas en disposicion , de ayudarla con sus
consejos. En aquel tiempo sucedió la conspiracion de los
dos
capi~a,nes
de gu_ardias, que resolvieron asesinar al
Rey,
la
que¡,(l:Je) descubierta por Mardoqueo, y puesta en no–
ticia de
le~ ~eyn.a
;_y
habiendo sido presos los dos capita–
nes,
~n
el rrnsmo dra fueron ahorcados. Por el mismo tiem–
po
emp_e~ó
el favor de
A~11án,
á
quien el Rey
hizo
pri–
mer m1msrro,
y
lo elevo sobre los grandes
y
sátrapas
del imperio, _manda11do le
híci~sen
á
este privado las pri–
meras honras en
la, ~ort~ ~esp~Hí!~
del1Emperador. En efec–
t~,
jai;nás se
c;ieJ\~lDa
ver .Amán en público, sín que todos
hincasen la
rodill~
ante
él.-
Solo ·Mardoqueo se excusaba
.de hacerle est.e obsequio, pareciéndole que la ley de Dios,
de la cual era muy observante, no se lo permitía. Amán
Jo
reparó con admiracion. Le dixeron que no le rehusa–
ba este ·honor sino porque era judío: lo cual lo irritó de
'