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VIERNES TERCERO
que D ios ordenó Jodas las. cosas á nuestra santrncacion.
¿Qué era del caso que nos hubiésemos encontrado
1
en ta:l
tiempo, en tal- ocas ian, con tales p.ersonas
~
i
que lo"? pla--·
ceres de1 :mundo no tuviesen para nosotros ninguu atrac–
tivo en un tiempo en que naturalmente debíamos expe–
rimentarlos mas dulces y mas
halagüeños~
¿,qué no ·nos
hubi ésemos deslumbrado con tantos falsos re planEi.ores
como dan golpe
á
los mas de los
jóvenes~
¿que el amor
de los -pad1·es no haya sido un lazo b_astante
fuer.tepara
detenernos : que el torrente del mal exemplo no nos ha–
ya envuelto con otros muchos: que la austeridad d e una
vida, qu e nada tenia que no espantara, no haya sido ca–
paz ,de desanimarnos: que hayamos tenido sobr ado áni–
mo
P?J;'a .
sup·erair
1.osmayores
· obstácu l os~
Todas estas
que parecen casualidades, .-on otros tantos efectos mila–
g rosos de l¡:i gracia. ¡Cuánto importa, Dios mio, ser dó–
ciles á la gracia , y prontos á seguir vuestras inspiracio–
nes! ¡cuántas gentes llamadas no escuchan vuestra voz!
¡cuántas gentes son poco exactas ea obedeceros
y
se–
guiros! El tumulto entorpece, el exemplo de ' lumbra, la
vida:
gCOmodada
y
deliciosa afeminCJ..
y
ablanda. Los pre–
teoctos especiosos de lo negocios, de las dificultades , de
la edad, del estado, de la condicion hacen diferir, y esta
dilacion hace se desvanezcan los mejores deseos.
¡
l
h,
cuánto importa estar a tentos á la voz _de Dios!
i
Pero de
qué sirv6! oírla si no se hace lo que nos
dice~
. tfaced, Señor, que yo comprenda tan bien
el
pre–
cio y el mér ito del don inestinable de la gracia,
que
nun–
ca
desprecie ninguna por mi indocilidad.
JACULATORIAS PARA ENTRE EL DlA.
Domine,
da.
mihi
hanc aquam, ut
non sitiam.
Joa·n.
4.
Señor, d ame esta agua viva, que salta hasta 1-a vida eterna.
Gratia
D ei sum id quod sum, et
gratia
ejus
in
me vacua
nonfuit.
I.
Cor. 15.
·.
Conozco, D ios mio, que por vuestra gracia soy lo que soy,
y
espero en vu·estra misericordia que podré decir que no
se me ha dado en vano. ·