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DE CUARESMA.

1

r3

los

pechos de que mamaste.

Antes bien'.

replicó Jesucris–

to

lo son los que oyen la palabra de Dios·,

y

la ponen en

prdctica.

El Salvador dió esta respuesta para instruccionde

todos los que lo oían,

y

que sin embargo de oirle, no se

hacían ni menos malos, ni mas dóciles. Esta expresion.,

ántes bien,

lejos de servir aquí de correctivo, es mas bien

una confirmacion de lo que esta piadosa muger acababa

de decir. Con este motivo, el Salvador, sin ínsistir mas en

la

dicha particular de su santa Madre, torna ocasion de dar

á

conocer á sus ·oyentes, qué felicidad les es propia, y

á

qué felicidades pueden todos aspirar ; como si les hubiera

dicho: es verdad que el privilegio

y

la dicha de mi Madre

son grandes .;

y

mas grandes de lo que los ho¡nbres

y

los án–

geles pueden comprender. Su eminente santidad, lo mu–

cho que puede con mi Padre

y

conmigo, su augusta y subli–

me dignidad de verchadera Madre de Dios , deben .llenar

de admiracion todos los

~atendimientos,

ganarle todos los

corazones, merecerle todos los ho.menages ; pero sabed,

que si la eleccion que Dios hizo de élla para una tan alta

d.ignidad no hubiera estado acompañada por su parte de

una perfecta docilidad, de una profunda humildad, de una

fe

y

una pureza sin límites, de una .santidad sin exemplo,

toda la predileccion de mi Padre

y

mia pam con élla no la

hubiera servido de nada. Queria el Salvador dar

á

conocer

á

los judíos·, que el amor de

pref~rencia

con que había

distingúido

á

la nacion hebrea , escogiéndola por su pue–

blo peculiar, solo serviría para hacerla mas infeliz si no

practicaban lo que les enseñaba,

y

ni no creian lo que

les decia; porque con

~sta

indocilidad se harian mas cri–

minales

á

su oj<?s·

La oracion de la mita e.r la .rigaiente.

Quauumu.r

,

omnipoten.r Deu.r,

-pota humilium respice

,

atque

ad defensionem nostram

,

dex–

teram tuce majesta1 is e!)(tende:

Per

Dominum no.rtrum Jcsum

Chri.rtum...

Tom. II.

Dios omnipotente , recibid favo–

rablemente los . votos de los hu–

mildes ,

y

dignáos alargar para

nuestra defensa la diestra de vues–

tra magestad; Por nuestro Seño.r Je·

sucristo...

{

:

H