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CUARTO
DOMINGO
la del profeta Daniel en que se cuenta el milagro de los
tres jóvenes del horno de Babilonia: la sexta es de la car–
ta de san Pablo á los fieles de Tesalónica :
Os rogamos,
hermanos,
les dice,
por Jesucristo nuestro Señor que ha
de venir,
y
por la union que se debe hacer de nosotros con
él, que no perrnitais que os hagan mudar fácilmente de ci'efn–
cia.
Aunque el Apóstol habla en este pasage de la segunda
venida del Hijo de Dios, la Iglesia
fo
aplica
á
la primera
para avivar la fe de los fieles. El evangelio del sábado de
estas Témporas es de la predicacion de san Juan cuando co–
menzó sus funciones de precursor,
y
como de ángel ó en–
viado de Dios para preparar los caminos
y
disponer los
corazones para recibir al Mesías.
La
1
rnisa de este cuarto domingo de Adviento no es otra
cosa, que una viva expresion del deseoardltnte que tiene la
Iglesia de ver nacer á su Salvador,
y
de conducir todos
los fieles á célebrar con dignidad
y
ton
el fruto el dia de su
·nacimiento:
Rorate, cceli, desuper, et nubes pluant justum,
e~~ama
con el Profeta en el introito de la misa: Cielos,
enviad desde arriba vuestro rocío ; hagan las nubes des–
cender al Justo como una
lluv~a
saludable:
Aperiatur ter–
ra, et germinet S alvntorern
:
Abrase la tierra , para que
veamos comparecer al Salvador, como vemos salir el tallo
de su yema ó boton. Estas palabras manifiestan el trans-
•
porte
y
la impaciencia de los profetas
y
de los justos del
antiguo Testamento, los cuales deseaban con todo el ardor
de su Calma la venida del Mesías.
La epístola de la misa es de la carta del apóstol san
Pablo á los corintios, donde habla de los ministros de Je–
sucristo, á quienes llama los dispensadores de los misterios
de Dios
y
los pastores de las almas. El Apóstol los exhor–
ta á que no hagan consistir su habilidad ni su mérito en
la ciencia
y
en el arte de hablar
bien~
sino en ser fieles en
'5U
ministerio,
y
en sostener por la regularidad
y
santidad
de su vida la dignidad de su empleo. La Iglesia , despues
de. haber exhortado
á
sus hijos á ·disponerse por la peni–
t.encia
y
por la piedad para la venida del Salvador, se di–
rige en particular en este dia á los ministros sagrados ,
y
los exhorta
á
distinguirse por su virtud de los demas
fie~
les, cuanto se diferenciarr por su carácter;
y
que d bien–
tlo presentar al Salvador que nace los votos del pueblo en