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SEGUNDO DOMINGO
fermos,
y
libró muchos endemoniados; despues de lo cual
les dixo: Id, decid á Juan lo que habeis visto
y
oido: de·
cidle que á mi voz los degos ven, los c01jos andan, los le–
prosos <l}Uedan limpios, los sordos
1
dyen.; lós muettos resu–
citan; decidle en fin, que los pobres que son el desecho)del
mundo, por mas miserables, ignorantes
y
gmseros que sean,
vienen á mí; que yo los instruyo, que reciben y abrazan
mi evangelio, al paso que los sábios
y
grandes de la tie–
.rr:.ra no Jo .comprenden, ni pueden resolverse
á
abrazar
sus r1:e:ceptos
~
sus má-ximas. Vosotros sabeis que á ·estas
señales ha de ser cnnocido el Mesías si creemos á los pro–
fetas.~.pen»
en medio
1
de,haberles dado tantos testimonios
de que
so«r
el verdadero Mesías tan esperado y deseado,
son.pocos los que creen en mi. <<Dichoso aquel que per–
" inanecerá firme en ]a fe cuando me verá perseguido,
y
.,, que
en
medi9 de mis afrentas
y
tormentos nada perderá'
"de la estimaeion y amor que me tenia, á·quien mi vida
· "pobre
'f
mis htlmillaciones no serán motivo de escán–
J.J dal9/'
Habiendo despachado el Salvador los dos discípulos de
san Juan, se extendió mucho en sus alabanzas;
y
volvién–
dose.á los que estaban al·rededor de él; les dixo: Cuando
·fuisteis
á
ver á Juan al desiert0, 'iá quién pensábais haber
visto~
i Acaso
á
un hombre ligero;
y
tan inconstante en sus
resoluciones como una -caña que es el
jugu~te
de los vien–
tos? i acaso á un hombre sensual; delicado, pomposo en
su
vestid~
y criado en el
regalo~
No es el desierto, sino
la córte donde reyna la' vida regalona
y
la profusion,
y
quien produce esta especie de gentes. i Quién es' pues,
este hombre que habeis ido
á
v,er
~·
Quizá me direis es un.
profeta; ·pero yo os 'digo que .es mas que profeta: es aquel
, ángel-, de quien hablandoJel Señor al Mesías, dice la Es–
critura: Hé aquí á -mi ángel, hé aquí
á
vuestro precursor;
éste es
aqu~l
que yo envio ante ti ,para allanarte los cami–
nos. Estas , palabras que el Salvador dra son del profeta
Malaquías al ,capítulo tercero, el cual es todo de la veni–
da del Mesías.
Este profeta acababa de hacer
á
los judíos la mas.seve–
ra reconvencion sobre el modo impío con que trataban al
Señor, acusándole de injusto. Vosotros habeis hecho su–
frir mucho al Señor con vuestras palabras, les habia dicho