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-DE
ADVIENTO.
su madre,
y
criado en el
desi~rto,
se 'fortificó en él mucho
mas en el espíritu que en el cuerpo: salió en fi n de su so·
ledad , se presen,tó.:ante el pueblo de lsrael
á
los
tr~inta
-y
un años de su edaq ,- á }os treinta del Salvador, y á los quin–
te del imper io de Tiberio. Este fue el tiempo
...en1
que .el
primer rey de armas del Redentor , aquel
homb~e · nacido
por milagro, criado en el desierto entre los rigores de
la
mas austéra penitencia, aquel admirable solitario escon....
dido hasta entonces en lo interior de1idesier to, recibió
Ja
órden. de empezar
á
cumplir u tomision.-
c: Compar~ció,
pues, el precursor del Mesías,
á
qui'<2n l os .profetas habian
llamado el ángel del Señor, no solamente por <que :era en–
viado de Dios , sino taml5ien p0rque babia recibido gran–
des luces del cielo, , y vivía en la tierra mas corno, ángel
que como hombre. El era aquella voz poderosa ,.que, se–
gun lsaías ,
~ebia
resonar •en el desierto y enseñ&r á los
pueblos cómo se ,habian de disponer
pa.rarecibir al Mesías
que y a estaba entre éllos. AEuncióles el reyno. de Dios •,
y
declamó contra los vicios que reynaban en el puebi y en
Ja cor te , sin perdonar á los gra ndes ni al mismo rey .
E ste rey era
Herodes Antípas, el cual vivía escanda–
fosamente con Herodías,
muger de
su
hermano
Filipo.•
San Juan ; á quien este P.ríncipe miraba con respeto, no pu–
diendo verle en adulterio tan escandaloso, le echó en ca–
ra su delito. Irritada Herodías del celo del hombre de
Dios , obUgó
á
Herodes á que le hiciera poner en la cár–
cel. Mientras el santo ·Precursor estaba
en
la jrision , el
Salvador llenabá toda. la: Judea de sus' maravillas. Acaba–
ba de curar en _Cafarnaurrr al .criado del Centurion•y de
resucitar al hijo de la viuda de Naím;
y
en todas partes ·
no se hablaba de otra cosa que ·de los milagros de este
nuevo, profeta. La fama de tairrtos 1prodigios
y
la reputa–
cion del que los obraba llegánm á ofcl os de san Juan. Que–
riendo el sa(lt0 Precursor hacer q\ll e1 sus ·discípulos eono–
cieran el méri to
y
las;cllJalidades de
aquél
de
quren'
sabia
que no era
sü10
pregoner'.o ,, tomó ooasion de enviarle dos
de
sus discípulos lo mas dist inguidos para hacerle en su
nombre y
n'
el
de
todos
e
ta pregunta:
i
Eres
tú
el
que
ha
d~
venir , ó debemos aguardar algun otro
~
El Sal va–
dor no les·re pon
ió
si no con la·
v.ozde lds· P1 ilagros. Dió
vista
á
muuhos ciegos!
e~
su, presencia,
curó
muchos en..