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DE CUARESMA.
{293
desde
la
creacion del mundo ; porque el fuego eternÓ
y
la condenacion jamás fueron su primer objeto, ni su pri·
mer designio; antes bien, dice san Crisóstomo, Dios con–
dena á los pecadores á este último suplicio contra su vo–
luntad,
y
á mas no poder. La muerte, dice el Sabio, entró
en el mundo por sola la malicia del demonio; Dios no se
complace en la perdicion de los malos. Los pecadores
atraen sobre sí la muerte
y
los suplicios etetnos por su
pura malicia; solo perece aquel que quiere perecer. Ya se
dixo en otra parte que los santos deben á la misericor–
dia de Dios,
y
á los méritos de Jesucristo su salvacion
y
la gloria que gozan en el cielo; pero
no
hay Uflo de los
condenados que no sea él mismo el artífice de su conde–
nacion eterna. La re¡:>robacion es toda obra del hom–
bre pecador;
Y.
esta verdad no s.erá por toda la eterni–
dad la menor de las rabias y pesares de aquellas almas
que serán reprobadas. Jesucristo castiga á los malos con
fuego ,
y
fuego eterno:
in ignem teternum.
Este no es un
fuego quimérico, ni un fuego alegórico y pasagero; si–
no un fuego real, corporal, que nunca se apagará. El
castigo de los malos no tendrá fin ni disminucion : obra–
rá eternamente tanto sobre la alma, como sobre el cuer–
po;
.y
como los condenados serán enteramente
pecador~s,
tambien serán eternamente castigados.
In inferno nulla est
redemptio.
¡Buen Dios, quién no se estremece
á
la sola idea
de esta eternidad infeliz! ¡quién puede sostener
y
sufrir
largo tiempo el pensar en élla
!
Sin
emba:g~~.
ántas
gentes se exponen
á
padecerla por el mas v11 '
i
eres, por
un fal so deleyte de un ' momento , por la mas ligera sa–
tisfaécion !
.
-
.
La oracion de la mita de e1te dia
et
la siguiente.
Converte no1, Deur 1alutaris
norter:
et ut nobir
jejunium
Quadragerimale proficiat, men–
tes
n'lstrar crelertibur inrtrue
tli1ciplini1:
Per
Dominum
n91-
trum Jerum Crristum..
f't0m.
l.
Convertid nos,
ó
Dios Salvador
nuestro; y para que el ayuno de
la Cuaresma nos aproveche, alum–
brad nuestras almas con vuestras
celestiales instrucciones: Por nues–
tro Señor
J
esucrísto ...
l •.
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