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DE QUINCUAGÉSlMA.
2or
nes,
~
la
bendicion del santísimo Sacramento,
y
á
todo,s
los piadosos exercicios. Cuanto mayor es el número de
los que se pierden, tanto mas liberal es Dios con los que
le sirven fielmente. No temas que padezcan menosca–
bo tus negocios temporales por cumplir con fervor con
las obligaciones de cristíano.d· Ah, y cómo no se teme que
padezcan.
y
se arruinen cuan o se trata de divertirse y de
perderse!
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(
MIERCOLES
CE N 1 ZA.
,.
Hoy,
h~r~anos
mios muy amados,
oi~e
san
~ernar
do, hoy comenzamos el santo tiempo de Cuaresma, esre·
tiempo de combates
y
de victorias para los
cristiano.~e
ro victorias que se han de couseguir con las armas dci.
1
u–
no y de la penitencia:
Hodie, dilectissimi, sacrum
0,~
ra–
gesimte tempus aggYedirnur
,
tempus militice christianrE.
¿Con qué ánimo, con qué connanza, con qué fervor
no
debemos comenzar esta car.rera?
i
pero «on qué religion ,
con qué exactitud no debemos observar este
so)'~ne
ayu –
no? Es una ley, dice san Bernardo, comun
~i
odos los
fieles.
Nobis .singularis est observatfo una,, omniu
t
qui–
cumque
in
eamdem convenientium unitatem...
Jesucris\:o
ayu–
nó cuarenta ·días
y
cuarenta noches;
i
y
osaría un cristia–
no dispensarse del ayuno de la Cuaresma? San Agustín di–
ce que el ayuno de cuarenta dias establecido
en
la lgle–
sia, está autorizado por el Testamento viejo
y
por el nue–
vo; por el viejo, porque Moyses
y
Elías ayunaron igual nÚ·
mero de dias seguidos. Por el nuevo, porque el evangelio nos
enseña que Je ueristo ayun6 otros tantos. Por donde ve–
mos la
conforrr~idad
del evangelio con la
ley,
figurada en
Moyses , y con los profetas representados por Elías:
De–
monstrans evangelium non disentire
a
lege, et prophetis.
Es–
te sin duda e el motivo, añade este santo Doctor; por qué
Je sucristo se dexó ver en su transfiguracion entre Moyse!
y
Elías, para denotar
mas
auténticamente lo que el Após -