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DOMINGO

umnias, P.inturas falsas, todo .se emplea para hacer pasar

por hipócritas y por engañadores á los mas santos docto–

r es ,

á

los mas celosos apóstoles de Jesucristo. San Pablo

no era en boca de estos calumniadores sino un enemigo

de la ley, un hombre ambicioso, un apóstol sin título, un

hablador sin talento ; echaban mano de los mas negros

colores para hacer del Apóstol el mas horrendo retrato.

Nada hay que decir contra sus costumbres, no importa;

echarán mano hasta de su tono desagradable de voz, y de

la

irregularidad de su talle. Con tal que se logre des–

acreditarle en la opinion de los corintios, poco importa

que sea por este camino

ó

por el ótro; pero al mismo tiem–

po estos discípulos del error no cesan de pregon .r

y

en–

salzar

á

los que són de su cabala. Todos los que

) OS

escu–

chan son santos; todos los que los sigue

sg ,perfectos:

es te espíritu de partido es el carácter

,.. · ,¿s los bere–

ges. Tales fueron todos los arrianos, los nest rianos , los

e utiquianos, los pelagianos, y todos los sectarios de los pri-

'! ros

y

de los últimos siglos. La máscara engaña, es ver–

d

. pero no es dificil distinguir á los que andan con élla•

.Y·.;

coloridos no engañan sino á los que miran de lejos

y

sin cuidado. Una modestia sin artificio, una humildad sin

disfraz , un celo puro y sin pasion, una caridad bien–

hechora que á nadie excluye de sus beneficios, una piedad

humild , ..,,;;enerosa, constante, quitan la máscara al fari–

seis

d iamas se vió un apóstol de Jesucristo fiero, orgu–

llos

.(¡i uro con los ótros,

é

indulgente consigo. No hay

q

:i;:íaravillarse, dice san Pablo, de que esta suerte de

fa lsos operarios quieran parecer apóstoles de Jesucristo;

pues el mismo Satanás toma las apariencias de ángel de

luz: no es cosa rara , ni que deba causarnos novedad el

que sus ministros tomen la apariencia de ministros santos.

El fin de estas gentes será segun son sus obras:

Nam ej us–

modi pseudo apostoli, sunt, operadi subdoli , transfiguran–

t es se in aposto/os Christi. Et non

mirum:

ipse enim Sata–

nas transfigurat se in angelum lucis, non est ergo magnum,

si

minist ri ejus transfigurentur velut ministri justitiíe:

quo·

rum ftriis erit secundum opera

ipsorum

(

2.

ad Cor.).

·I