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HISTORIA

rácter y divisa que los daba

á

conocer

á

los paganos. Por

este motivo los magistrados preguntaban frecuentemente

á

los cristianos si habian asistido

á

la iglesia el domingo; _

como si toda la religion cristiana se reduxera

á

solo este

acto de religion. Sí, cristiano soy, exclamaba el genero...

so Télica; porque soy cristiano he guardado el sanfo

di~

del domingo, he asistido

á

la asamblea de los hijos da

Dios

y:

á ·

1a celebracion de nuestros divinos misterios :

In

collecta fui' et dominicum cum fratribus celebravi' quia

christianus sum.

No tememos celebrar el santo día del

domingo, porque el no celebrárle fuera un grande peca–

do:

Securi dominieum celebramus, quia non potest domini–

cúm intermitti.

La ley de Dios lo manda , y esta misma

ley nos enseña el modo cómo debemos guardarle :

Lex

sic jubet, lex sic docet.

Antes perderémos 1.:i vida, que de•

xemos de guardar y de santificar este santo dia.

i

No sa–

bes, decia Felix al procónsul Anulino, que el cristiano ha...

ce una profesion solemne de su religion en la celebracion

de les sagrados misterios

y

en la religiosa observancia del

domingo ; y que esta religiosa observancia es una de las

pruebas mas claras de

la fe de los

cristianos

~

An nescis in

dominicum christianum, et in christia110 dorninicum consti–

tutum

~

Yo no te pregunto, decía .el juez al santo mártir,

• 1

si eres cristiano , sino si has guardado el domingo.

i

Pero

podrémos decir nosotros con verdad que el modo tan irre–

ligioso, digámoslo mejor , tan escandaloso con que la ma·

yor parfe de los cristianos guardan en nuestros tiempos

este santo dia, es una prueoa de la pureza de su fe y de

la santidad de su

conducta~

· Teófilo de Alexandría, hablando de la solemnidad con

que se debe celebrar este santo dia, dice:

Et consuetudo,

et officii ratio, postulat, ut diem dominicum honoremus,

eumque festum habeamus.

La ley, el uso y la solemnidaq

del oficio del dia piden que honremos el domingo como

dia del Señ,or, y que le celebremos,con una fiesta solem–

ae. Animados del mi mo espíritu los padres del conci–

lio VI. de París, tenido en 829, no temieron pronunciar que

este dia es mas solemne

y

de mayor veneracion que to–

dos los ótros:

Hunc diem cteteris diebus celebriorem et be–

nerabiliorerh.

Uno de los pdmeros cuidados

d~l

empera–

dor Constantino despues de su conversion fue ordenar