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l
2
HISTORIA
mingo
debi~
suceder
á
la solemqi,dad del sábado, como la
ley nuen sucedía
á
la antigua: que estando abolidas· las
ceremonias legales , iba á renovar todas las cosas en el
nuevo
sistema de religion; y que como el dia séptimo de
la semana había sido hasta entonces festivo para los ju–
díos en memoria de haber descansado Dios el dia sépti–
mo de la obra de la, creacion, quería asímismo que en
adelante el primer dia de la semana fuese religiosamente
santificado por los cristianos en memoria de haber des–
cansado, por decirlo así, en este dia el Salvador de la
grande obra de la redencion de todos los hombres.
·
No_se puede dexar de convenir en que el nombre de
domingo, día dominical,
ó
día del Señor,
es casi tan anti–
guo como la misma Iglesia ; pues de él se hace mencion
en el Apocalypsi como de un dia ya muy conocido entre
los fieles por este nombre. En domingo , 6.ice san Juan,
me reveló el Señor los misterios mas recónditos :
Fui in
spiritu in dominica die.
Pasando san Pablo por Troas en
Fiigh.
para irá Jerusalen, asistió el primer dia de la se–
mana, esto es, el domingo, á·la asamblea ó junta de los
fieles, en la que predicó, oró, ofreció el divino sacrificio,
y dió
á
todos
la
comunion. Habiéndonos juntado el priqier
dia de la semana para la fraccion ó repattimiento del pan,
dicen las Actas de los apóstoles,
Und sabbati cum conve–
nissemus, ad frangendum panem;
Pablo, que debía partir
<:l dia siguiente, estuvo conversando con los discípulos, y
alargó so razonamiento hasta la media noche :
Erant au–
-tem lampades copiaste::: protaxitque sermonem usque in me·
diam noctem.
Nadie ignora que por la fraccion del pan
se entiende casi siempre en el nuevo Testamento la divi- .
na Eucaristía; y en la accion de darla el Salvador á los
peregrinos de Emaús fue conoeido de éllos :
Cognoverunt·
eum in fractione panis.
-
El juntarse los fieles en el primer dia de la semana en>
un sitio adornado é iluminado de muchas lámparas para
asistir~
á
los divinos miste.ríos, para comulgar
y
oir la di–
vina palabra, nos da
á
entender bastantemente cuáles
eran ya entonces los piadosos exercicios con que-los
pri–
meros cristianos celebraban el santo dia del domingo.
En el domingo, á quien vosotros llamais dia del .sol,
decía
á
los gentiles·san
J
ustino en el segundo siglo, todos
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