Table of Contents Table of Contents
Previous Page  305 / 416 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 305 / 416 Next Page
Page Background

DE PUES DE PENTECOSTES.

295

feccion que el fe r vor. La pesadez del cuerpo, djgámos–

lo

así,

fatiga al espíritu; y la contiauacion del trabaj9

adormece el alma.

Se

combate con generosidad; pero quan–

do se necesita velar continuamente para .no ser sorpre–

hendidos por un enemigo que no duerme, es muy

di.fi

il

que no nos can emos : por eso debemos renovarnos con–

tinuamente en el espíritu;

y

decir cas i

a

todo momento

con el profeta:

D ixit nunc ccepi

:

A

toda hora renuevo

mi resolucion de ser de Dios , y los propósitos que· he

hecho de servirle ; y hago cuenta que empiezo desde aho–

ra

a

ser suyo y

a

servirle. Sin esta renovacion interior

bien

presto se consume el espíritu de devocion ,

bien

pres-

. to se disipa y evapora, por decirlo así;

y

esto es lo que

San

~

ablo e carga aquí

a

los fi eles de Efeso:

I ndzíite no–

v urn hóminem.

El

hombre nuevo de que el após tol les di–

ce que se vistan , es el hombre espiritual

e

interior , es el

hombre inocente , es el hombre nuevo, reengendrado por

las .aguas del bautismo : es el mismo J esucristo , que

de–

bemos copiar en nosotros mi smos por la pureza de nues–

tras costumbres

y

la inocencia de nuestra vida; de suer te.,

que cada uno de nosotros pueda con verdad decir como

el

apóstol: Vivo yo; pero ya no

soy

yo quien

vive,

sino

que

e~

Jesucristo

quie~

vive en mí:

Vivo ego, j am non ego;

vivit vero in me Christus.

No hay predestinado que no

copie en su persona este divino original; ninguno.que

no

sea conforme

a

la imágen de este hijo del E terno Padre;

y

como

él

mismo es la justicia y la santidad verdadera:

In justítia

&

sanctitáte· veritátis

;

es necesario que el

hombre nuevo' de que del;>emos vest irnos, no tenga

una

justicia y una santidad aparente, sino una veraadera jus–

ticia interior,

y

una santidad verdadera. Dice

San

Pablo,

que debemos estar vestidos de dos virtudes que encºerran

todas las otras , las quales son esenciales

a

este Dios hom–

bre; pues Jesucristo es esencialmente

s ~.nto

y

justo por

su

persona divina; pero nosotros solo podemos estar como

vestidos

de

estas dos virtudes.

Propter quod deponéntes mendácium, loquímini verita-:–

tem

:

Por tanto , echando

~

un lado la ment ira , hablad

verdad cada uno con su PIÓximo; porque- todos somos

miembros unos de otros:

Quóniam

surnus ínvicem membra.

R eyna

demasiado .

el

disimulo

en el

mundo

para que se

·T 4

· vea