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DOMINGO NONO _
,
siglos ha
que
fué
arruinada,
y
todavía está
sepultada
en
sus ruinas.
Quia si cognovfsses
&
tu
,
&
quidem in hac die
tua
,
qrue ad
pacem tibi
!
¡
Oh si en aquel día dichoso pa–
ra
ci,
en que el Sal vactor iba
a
visicarte
como rey, lleno
de mansedumbre,
y
como Padre tierno, hubieses sabido co–
nocer al que
venia
a
traerte
la
paz ; es
decir,
toda suerte
de f.-"" licidades: nunca tus enemigos hubieran hecho una cir–
cun valacion al rededor de tus murallas , no .te hubieran
cercado ,
y
e,i; tre~hado
por todos lados, no te
hubieran
ar–
ruinado
a
ti
ya
tus
habitadores, hasta no dexar piedra sobre
piedra en el rt cinto de rus muros. Todo esto sucederá por–
qw~
no
has
sabido conocer el tiempo en que
has
sido
visit · da:
Eo quod ñon cognóveris tempus visitationis tue;_.
Aquí pre-
)
dice Jesucristo dos cosas, la total destrucciorr' de · la ·u–
dad
y
del pueblo judáico ,
y
la causa de esta destrt.fccion;
porque no conociste el tiempo de tu visitacion.
Y
pues
el
su–
ceso verificó la primera hasta la menor circunstancia,
i
quien
podrá dudar de la verdad de la
segunda~
Tanta
verdad,
y
tan cierto es,
que
todas las .calamidades
que
desde eotónces acá han padecido los judíos, son castigo de
su obstinacion en no haber querido reconocer al Mesías,
como era verdad que su ciudad sería enteramente destrui–
da segun Jesucristo se lo predecía
a
los judíos. Tal
fué
la
suerte funesta de una ciudad, de una nacion
amada
de
Dios por tanto tiempo, tan colmada de sus favores, tan
enriquecida de sus beneficios , tan distinguida entre los
otros pueblos, por no haber
.sabido
conocer~
ni aprove–
charse
del tiempo
de la i;isita del Salvador. Símbolo es–
pantoso, pintura terrible; pero natural, de las calamida–
des que
a~enazan
él.
todos los pueblos que abandonan la fe:
. .tristes presagios de los terribles castigos con que tarde
o
temprano castiga Dios
a
aquellas almas infieles
a
la gra–
cia que no quit:ren
conocer
la visita del
Salvador,
o
que
abusan de ella.
La oracion de la
misa
de
este
di~
et
la siguiente.
P-ateant áure.r
mise~icó1·di1e
tuce
,
Dómine
,
précibus
.rup–
plicántium
;
8
ut
peténtibus
··~úderata
concéáa.r,
fac eos,
quce
Señor ,
estén abiertos los
oido~
de
tu
misericordia
a
los ruegos de
los
que la imploran;
y
para
que
les concedas
lo
que te piden ,
hai
9
<!
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