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DESPUES DE

PENTECOSTES.

119

gero~

Segun Moyses1os judíos murmuráron contraDios:

Lo–

cutz1sque contra Deum:

segun San Pablo , murmuráron con

tra J esucristo:

Neque tentemus Christum

~

·

sicut quidam

eorum

tentavérunt:

prueba bien positiva

'dé la

divinidad

de

Jesucristo, pues segun el santo

apóstol~

Jesucristo es Dios

' contra quien los hebréos habláron tan indignamea1:e '

y a

quien tentáron con sus quejas. Tentar

a

Jesucri~to

es

que–

jarse

y

desconfiar de su providencia: es hablar abiertamen–

te contra Dios, insultándole, como

si

no tuviéramos que

temer nada de él : es como desafiarle

y

provocarle

a

que

nos castigue. Por eso Dios justamente irri tado les con–

venció bien presto que era todopoderoso , haciendo com–

parecer al ' mismo una infinidad de serpientes que les

qui–

t

n Ja

vida~

y

no permitiendo que ninguno de ellos,

ex–

cepto dos. entrara en la tierra que babia prometido

a

sus

padres, diciéndoles:

Estos hombres ingratos que me han

tentado ,ya por diez veces, no verán la tierra que

juré

d sns padres les babia de dar.

En esto se ve, que tentar

a

Dios ,

y

murmurar contra Dios , es una misma cosa segun

el

lenguage

de

la Escritura.

·· /

Finalmente, guardáos de murmurar como murmurá–

ron algunos de ellos '

a

quienes el exterminador hizo pere–

cer, continúa el apóstol. No murmureis contra los que

ha puesto

e1

Señor para que os gobiernen,,

y

están en su

lugar, porque esto sería murmurar contra el mismo

Dios.

Es·tas murmuraciones de los judíos eran muy freqüentes;

por

eso los castigó Dios tan rigurosamente,

y

de

un mo–

do tan ruidoso, ya encendiendo milagrosamente fuego

que

los consumíéron , como quando se quejáron contra el Se–

ñor de la fatiga del camino, en cuya ocasion envió

D~os

un

fu

go que consumió cerca de quince mH personas;

ya

con la peste, como quando se reveláron contra Moyses

y

Aaron:

F ériam eos pestilén;tia;

ya haciendo que se

abrie–

se la ti erra

y

se los tragase , como sucedió con Coré ,

Da–

tán

y

Abiron, en castigo de su rebelion. Estos castigos,

asegura San Pablo, que se executáron por el

ángd

exter–

minador, de que se hace mencion en el libro de Judit

y

en el de la Sabiduría.

H cec autem ónmia in figúra contingébant illis

:

Pero

to–

da. estas cosas que les sucedían eran figuras, contiuúa ¡San

Pablo,

y

fuéron

escritas para

instruirnos

a

n"osotros

que

H 4

he•

;