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DESPUES DE PENTECOSTES.

111

- wva no sacó de una roca para que no sintiesen las inco–

rnedidades de la sed?

i

Y

qué otras maravillas no hizo

el

Señor en favor de

aq~el

pueblo? Pero todos aquel1os mi–

lagrosos beneficios no eran sino figura de los que Dios

os

ha hecho en la Ley nueva. Ellos eran el

pueb~o

escogido,

el pueblo privilegiado, el pueblo querido; vosotros lo sois

mucho mas; pero no conteis tanto sobre esta bondad

de

Dios para con vosotros, que os descuideis de agradarie,

no sea que como los beneficios de que Dios los babia col–

mado, eran figura de los que vosotros habeis recibido en

en la Ley

de

gracia; así tambien su infideJidad

y

sus

de–

litos sean

figura

de los vuestros;

y

los castigos que. hará

Dios con vorntros hayan sido figurados por los de ellos

. a

evitar esta desgracia.

Non simus concupiscéntes rnal8rum, sicut

&

illi concu–

piérunt.

No nos dexemos arrastrar al

mal

como ellos se

dexáron. Tenemos en nuestro propio terreno esta maldita ·

concupiscencia, manantial envenenado de nuestras mise–

rias y de nuestros pecados: ella hace al hombre infeliz,

llenándole de mil deseos,

y

todavía mas infeliz quando lle–

ga

a

gozar de los bienes que le hace buscar

y

apetecer;

mas no le hace culpable sino quando consiente en .el · mal;

pero si este enemigo doméstico es tan poderoso , la gracia

de Jesucristo,

que

nunca nos

falta.,

lo

es to_davía mas

para

hacernos conseguir la victoria.

~

Neque idolólatrce efftciámini sicut quidam ex ipsis, t¡ue–

m{tdrnodum scriptum est

:

sedit pópulus manducáre

&

bibe–

re,

&

surrexérunt lzídere:

No os hagais idólatras, como

algunos de

ellos,

segun está escrito: Se ·sentó

el

pueblo

a

comer

y

beber,

y

despues se levantáron

a

baylar. La

li–

bertad que os da el evangelio de asistir

a

los convites de

los paganos, léjos

de

haceros mas disolutos, debe haceros

mas contenidos.

Cuid~d

que el comercio que se os permi–

te tener con a1gunas gentes sujetas

a

mil

vicios no os sea

ocasion

de

pecado:

que

el exemplo

de la

disolucion de las

impías extravagancias de los hijos de fsraél.,

os

haga mas

cautos. Rara

ve~

los convites demasiado freqüentes con

personas destempladas dexan de de>generar en excesos

y

disoluciones.

El

regalo

y

delicadeza no fomentan

la

inoeen–

cia

y

vinud.

Guardémonds tambien

de ser forriicarios,

como lo

fué-

Tom. V.

H

3

ron