DESPUES DE PENTECOSTES.
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- wva no sacó de una roca para que no sintiesen las inco–
rnedidades de la sed?
i
Y
qué otras maravillas no hizo
el
Señor en favor de
aq~el
pueblo? Pero todos aquel1os mi–
lagrosos beneficios no eran sino figura de los que Dios
os
ha hecho en la Ley nueva. Ellos eran el
pueb~o
escogido,
el pueblo privilegiado, el pueblo querido; vosotros lo sois
mucho mas; pero no conteis tanto sobre esta bondad
de
Dios para con vosotros, que os descuideis de agradarie,
no sea que como los beneficios de que Dios los babia col–
mado, eran figura de los que vosotros habeis recibido en
en la Ley
de
gracia; así tambien su infideJidad
y
sus
de–
litos sean
figura
de los vuestros;
y
los castigos que. hará
Dios con vorntros hayan sido figurados por los de ellos
. a
evitar esta desgracia.
Non simus concupiscéntes rnal8rum, sicut
&
illi concu–
piérunt.
No nos dexemos arrastrar al
mal
como ellos se
dexáron. Tenemos en nuestro propio terreno esta maldita ·
concupiscencia, manantial envenenado de nuestras mise–
rias y de nuestros pecados: ella hace al hombre infeliz,
llenándole de mil deseos,
y
todavía mas infeliz quando lle–
ga
a
gozar de los bienes que le hace buscar
y
apetecer;
mas no le hace culpable sino quando consiente en .el · mal;
pero si este enemigo doméstico es tan poderoso , la gracia
de Jesucristo,
que
nunca nos
falta.,
lo
es to_davía mas
para
hacernos conseguir la victoria.
~
Neque idolólatrce efftciámini sicut quidam ex ipsis, t¡ue–
m{tdrnodum scriptum est
:
sedit pópulus manducáre
&
bibe–
re,
&
surrexérunt lzídere:
No os hagais idólatras, como
algunos de
ellos,
segun está escrito: Se ·sentó
el
pueblo
a
comer
y
beber,
y
despues se levantáron
a
baylar. La
li–
bertad que os da el evangelio de asistir
a
los convites de
los paganos, léjos
de
haceros mas disolutos, debe haceros
mas contenidos.
Cuid~d
que el comercio que se os permi–
te tener con a1gunas gentes sujetas
a
mil
vicios no os sea
ocasion
de
pecado:
que
el exemplo
de la
disolucion de las
impías extravagancias de los hijos de fsraél.,
os
haga mas
cautos. Rara
ve~
los convites demasiado freqüentes con
personas destempladas dexan de de>generar en excesos
y
disoluciones.
El
regalo
y
delicadeza no fomentan
la
inoeen–
cia
y
lá
vinud.
Guardémonds tambien
de ser forriicarios,
como lo
fué-
Tom. V.
H
3
ron