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DOMINGO OCTAVO
muchos obstáculos que les acarrean, es poder pagar lo
que
deben
a
la
ju ~ticia
de Dios,. d istribuyendo
sus
riquezas
entre los pobres.
¡
Quantos protectores poderosos, quán–
tos sincerbs amigos no pued n hacerse con eHas para con
D ios
!
Dichoso , dice el profeta (
Psal.
94. ) , aquel
a
quien
su compasion hace atento
a
las necesidades de los pobres;
porque el Señor no solo le conservará y
p
otegerá en to–
dos los pelig
os
de la vida, nó .solo le hará feliz sobre
la tierra ., sino que en el dia último de la vida, en aquel
momento crítico
y
decisivo de la
eter~idad,
le asistirá·
Dios de una manera par: t"cular,
y
le librará de los lazos
y
ardides del enemigo. ¡Y que , Señor, despues de todas
estas seguridades de vuestra liberalidad no se da
li–
mosna!
Se cree empobrecer aliviando
y
socorriendo
a
Jos po–
bres. ¡Que al contrario es! La limosna es la única que
fixa las fortunas , la que conserva
y
aumenta la abun–
dancia en las familias,
y
_1:!
que eterniza, _digamos , las
prosperidades. Es necesario . tener muy, poca religion, es
necesa rio tener un cor'!zon
muy
malo para ser poco ca–
ritativos.
Dios
mio ,
¡
quanto me pesa hab_er conocido tan poco .
hasta aquí la virtud de un medio tan eficaz para mi
sal~}
vacion
!
Si no estoy en estado de dar .mueno, espero qu(
vos miraréis los sentimientos de mi corazon,
y el
de eo
que
tengo de serviros
y
de honraros en la persona
qe
los
_pobres. Señor, haciéndoles bien
a
los pobres, os le hag<?
~
vos :
i
y
dudo si les he de hacer bien
?
JA
CU LATO R
I AS.
Beátus qui
intéllig.itsuper egénum
&
páuperem.
Salm.
40.
Bienaventu
rado aquel
a
quien su
~om pasion
le hace infor–
marse de las nece; id·- des de sus hermanos.
Qui dat páuperi, non
indigebit.
Prov.
28.
No,
Dios
mio; no
empobr~ce
el qu<;! da limosna.
PROPOSITOS.
.
I.
i
Quieres dexar caudal
a
tus hijos, . pasa.r 'tus
dias
en la abundancia , transmitir tambien los Íf utos de tus
~ u
(J-