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DESPUES

DE PENTECOSTES.

1

r

i

pura

gracia quando nos pide una· limosna:: lo

que

exige,

es un derecho _de que le somos deudores.

·

Todos nuestros bienes son de

Dios:

por derecho de

so–

.beranía le debemos el tributo

_y

el homenage de ellos.

Dios acepta

y

consigna este tributo

y

estos frutos

a

la

subsistencia de los pobres:

Dios

substituye

a

los pobres:

para que en su nombre exíjan este tributo. ¡Y despues de .

esto, se fiene por nada el no asistir

a

los miserables

y

ne–

cesitados

!

¡

Se tiene por nada el no dar limosná

!

¡Ah!

ya comprehendo, Dios mio, por qué vos sola–

·mente reconvendréis

a

los réprobos por haber rehusado

la

limosna : el habérsela rehusado

a

ellos' es una injus–

ticia

y

una injuria hecha

a

vuestra persona ; es una impie–

dad ue

cla i:na

al cielo ,

y

de

que

yo

me

siento , por mi

desgracia , demasiado culpado.

.

, PUNTO S E G UN DO.

.

ConsÍ~era

que

!a limosna es una de las senales mas

cier~,

tas de ser uno predestinado ; así como la dureza con los

pobres es indicio visible

de

una reprobacion poco

du-·

dosa.

La

miseri,cordia de Dfos

es el

fundamento mas sóli- '

o de nuestra salvacion;

·i

y

quien nos asegura

y

nos

ha–

ce

mas nuestro este fundamento que la misericordia con

los

pobres~

Bitmaventurados los que tienen misericordia,

dice

el Salvador (

Mattb.

5_.),

porque e-llos alcanzarán

mi–

- sericordi'!,; de la misma medida ,

dice

en -ótra parte , de

fiUe

os

serviréis, se servirá

~l

Señor para mediros

a

vosa-

'

tros. Dad ,

y

se os dará (

Luc.

6. ). Se verterá en 'vuestro

~eno ~na

medida llena

muy

apretada;

y

que despues de

haberla sacudido todavía , se derramará y se caerá por

encima de los bordes. La limosna,

de~ia

Tobías (

Tob.

12.

),

purga nuestras almas de sus pecados

alcanz~ndonos

un

ve rdadero dolor de ellos. Despues de todo, dad limosna,

decia el Salvador (

Luc.

1

r. ),

y os purifi arefa de todas

las mapchas de vuestros peca-d os

pQr

la

graci a

de

la

ver~ion

que os

obtendrá. Redimid vuestros pecados con

vuest ras l imosnas, decia Daniel al rey de

Baby

lón i

_(Dan.

4 ).

Ciertamente

la

única ventaja que

Jos

r ic:'Gs

hai l

a

eq

as riquezas; por

lo

que

mira

a

su szlvacion, entre

lo~

mu-