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DOMINGO NONO
hemos venido en estos últimos tiempos. Quiere
dec~r,
que
todas las cosas sucedidas
a
los judíos son unas le ciones
para los cristianos para que nos sirvamos de ellas ,
y
ar–
reglemos por
ellas
nuestra conducta.
!taque qui exfstimat stare, vídeat ne cadat:
el
q
e cree
que está en
pie,
y
que se mantiene firme, cuide no c
1yg •
El
temor,
y
la desconfianza
de
sí mismo. con una gran
confianza en Dios, son las guardias mas seguras de la
vir–
tud: sírvenla de muralla
y
de apoyo; al contrar io la
pre–
suncion zapa
y
escava hasta sus fundamentos,
y
la arrui–
nJ enteramente. Creer que e tá uno seguro, es ordinaria–
mente estar en víspera de alguna caída. Este saludable
vi–
so le da San Pablo principalmente
a
los que e tre lo co–
rintios pasaban
y
se tenian por mas ilu trados
que
.1. v S
otros. Los directores, los
que
sirven de guias
a
los
t ro ,
están mas expuestos que aquellos
a
quienes conducen po r
los caminos de Dios , si no son muy humildes, devot
s
y
muy mortificados.
Tentátio vos non apprehéndat, nisi
humána:
cuidad
que
no
os
asalte ninguna tentacion que sea sobre las fuer zas
y
condicion del hombre. Queriendo San Pablo conflrm r
mas
y
mas
a
los corintios en e tos piadosos y nece ario
sentimientos de humildad
y
de desconfianza de sí mi mo ;
les dice que no debian contar mucho sobre su virr
d,
que todavía no habian
pa
ado aquell
p
sadas
y
dura
pruebas que
dan
a
conocer al hombr el fondo de
u ft
we–
za
y
lo ridículo de su presuncion.
E
te
es
el sentido
d
la
expre ion
non apprehéndit ,
que
se lee
en
mucho exempl -
res de la Vulgata, en lugar
de
non apprehéndat.
De
·ea
asími mo qu Dios los libre de aquella s tentac ione violen–
tas
y
extraordinarias' que ponen
a
extrañ
pruebas
y
en
terribl
s
rie gos la virtud. Es verdad que al mi mo tiem–
po los alienta
a
que tengan una confianza en Dios cada vez
mas firme, asegurándoles que ·no permi irá Dios qu jamas
sean tentados sobre su fuerza : que n·o ' lleno
i
mpre
de bondad 'proporciona iempre us auxílios
a
los esfuer–
zos de nuestros enemigo . Lo que nos hace caer,
no
ja–
mas uaa
fu
rza mayor que la oue tra:
i
orno v ncido ,
echemos
la
culpa
el
nue tra cobardía , no
a
nu stra
ftaqu -
za. La gracia no falta jam s
a
nadie, iem pre e prop r–
cionada
a
la fuerza
d
1 enemigo: ninguno
s
venci o
ino
por