;
QUARTO
VIERNES
constante
y
á prueba. Estos ímpetus
de
fervor
que
se ad–
viert en de tiempo en tiempo en las a lmas, son relámpa–
g0s que
se apagan
si
el corazon
no
está abrasado dd fue-
go del amor divino.
.
· - Llegando el hijo de Dios á Betania, halló que Lá_za–
ro estaba muerto
y
_enterrado quatro dias babia.
Mnchas
personas de
los
alrededores habian venido
á
ver
á
Mar–
ta
y
María para consolarlas ; pero sin embargo de esta
tropa
de
consoladores , no lloraban ménos
las,
dos her–
mana~.
Solo Jesuerrsto puede enxugar las lágrimas:
él
solo
sabe
el
secreto de consolar
á
los
mas
afligidos; .
y
así
Már–
ta
y
María
dexan bien
presto á aq_uellos
con
quienes es–
taban luego que tienen
noticia
de su llegada. Señor, le
dixo Marta
llegándose
á él ,
si hubieras estado
aquí, no
hubiera muerto
mi
herma·ao. Parece, dice
San
Crisósto–
m0,
que su
fe
era todavía
un
poco-
flaca,
pues creía era
·· ·necesaria
l~
presencia del Salvador para impedir el que
~u
hermano muriera.
Sin
embargo,
no.
dexaba de
tener
t1na gran confianza- en
su
bondad
y
su poder , como
se
in
fi@re de
lo -
que se sigue. Y
o sé ,
le dixo .,-
que
Dios te
dará quanto le pi:das,
aunque
sea la resurreccion de mi
hermano. No
se
atreve
Marta
á
pedi
1
r derechamente un
tan grao favor:
no
-hace mas que acordarle qne puede
hacerlo:· conace
la
bondad del
Salvador,
y_
así
no
nece–
sita
decirle
mas.
Está,
cierta,
la·
respondió Jesus,
que tu
hermanff resuciiará. No dudo , .replicó
Marta,
que
resu–
citará
con
todos·
1-0s otros
en
la
resurrecdon
general
que
se hará e! último dia.
i·Pero
quien lo- resucitará, la dixo
Jes~s,
siao
yo
que soy resureccion
y
vida~
i
Por
que no
ppdré
resucitarlo
hoy
como·
lo
resucitaré
entónces
~Este
es el sentido que
da·
San-
Agustin
á
la respuesta
que
dió
el
Salvador
t
Marta :
Per quem tune resúrget, potes{
&
modo, quia
ego srtttn
resurr.éctio..
De este modo
instruye
Jesucristo,
y
afhma
la
fe
de Marta·,
y
la
lleva como
por
gr
ad
os
á
confesar , como lo hizo :-
Que era
Ch'Jtisto
hijo
de Dios vivo,
que
habia venido·
á
es.temundo.
Viendo
Marta
que
no
parecia
su
hermana,
creyó
que
· ignorada la llegada del Salvador;
y
así
coirí6
á
casa,
y
l_a
dixo en voz
~axa
:
el maestro está
aquí ,
y
te
llama•
.·Lo
mismo -
fué
oir
María que babia
llegado
su
maestro,
que :venir
á
arrojarse
á
sus pies , _regárselos e on sus lá–
gn·
/