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DE
QUARESMA.
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con
el enfermo; pero la caridad
_cristiana
pide se con:kS-–
cienda
con
él en todo lo que puede servir pa ra curarlo:
á
Ja verdad, algunas veces es preciso usar de remedios amar–
gos
y
desabridos: ¡pero que artificios no emplea un médi–
co
cúrativo
para endulzarlos
y
suavizarlos! ¡Quantas
gen–
tes,
al parecer,
ricas
en
buenas obras, se
encontrarán con
las manos vacías
á
la hora de la muerte, por haber sido el
natural , el humor,
y
hasta la misma pasion no mortifica–
da~
el gran móvil.,
ei
principal resorte de todas aquellas ac–
ciones á que se deba el nombre de buenas obras! Se puede,
y
aun se debe decir, que no hay virtud verdadera
que
nq
esté marcada con el sello de la mansedumbre cristiana, que
es
la
virtud
característica
del Salvador.
Dadme, Señor, esta mansedumbre, pues me dístds tan
lellas lecciones de ella por obra
y
por palabra. No es bas–
tante el que me la enseñeis ;
es
necesario que vuestra gra–
cia la
grabe en mi
alma :
así
os
lo
pido,
y
€spéro
conse·
guirlo
de vuestra bondad.
'
·
JACULATORIAS
?ARA
ENT~E
EL
DIA.
Quam ,bonus Israel Deus bis, qui recto sunt carde!
Sa!m.
72.
¡
Quan
bueno
es
el
pios.
de Israel para los que tienen un co–
. razon
recto!
Fíat pax in virtúte tua.
Salm.
12
r.
Haced,
Señor , por
vuestra gracia,
que la mansedumbre
y
la
paz
reynen
en
mi corazon.
P R O
P
O S I TO S.
· 1
La
señal
ménos.
equív~ca
dé
que
~na
alma-es
poco
mortificada, es
la
falta
de
·mansedumbre. Aplícate
á
ad–
quirir
esta amable
virtud ,
que
fomenta
y hermosea todas
las otras. Ningufl'a cosa
desacredita
tanto á la
devocion,
co–
mo
el mal. humor ,
y
la
dureza de las .personas. que
_hacen
profesion
de
devotas. Ten una
mansedumbre
inalterable
con
toda especie de
ge,nt~s.
i .Tienes hijos malnacidos, domésti–
cos
abrutados,
indevotos?
i
Vives
con
un
mar.ido
poco
cris-
tiano, de un h
"'c ...
&~o~ro ~Acuérdate
que
la
'mansedum-
. bre
es
capaz
e
~omes.ticat
todas las cósas.
Mira
q_u?-
1
humor,
tu
pasion
dominante;
y