DE _QUA.RESMA.
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i,pero no es todavía mas de admirar, que el Salvador .mi ..
re el cuidado de trabajar en nuestra salvacion como la mas
· estrecha
y
apretada necesidad de
su vida ,
y
que.
nosotros
.mirémos el cuidado de nuestra salvacion como una cosa
que
nada
importa~
Si
la
Samaritana no hubiesecreido,nohubiese
anunciado
á
sus conciudadanos las maravillas que Jesucristo
babia, obrado en etla, éstos
no
hubieran hecho que el Salva–
d0r
entrara €n su ciudad;
y
así por un secreto impenetra-
·ble de los juicios de Dios la salvacion de una
dudad ,'
de
un
reyno entero está algunas veces aligada á la salvacion
de una sola persona. Si 'esa ·muger profana ,
si
ese libertin©
'se convirtieran
á
Dios, tal vez con su exemplo movieran
á
hacer lo mismo
á
una infinidad de otros , que perecerán
con ellos . ¡Pero qué docilidad
en
un pueblo medio infiel,
miéntras que .el verdadero pueblo
de
Dios tiene tan poca!
El
samaritano cree en Jesucristo, sin mas que oír sus
ra–
zones,
y
el judío no cree en
él,
aun
quando le ve obrar
los mas estupendos milagros. Solo predica dos días
en ~
s:
car,
y
103
samaritanos se convierten.
Predk~
mas ruidosas maravillas en la Judea
por -
años, y los judíos le quitan
la
vida.
A~:
ces, muchos cristianos vacilar en
fa
dio
de los .mas poderosos socol'·
vivas luces, miéntras que
~ ·
.
.un· varon
apostólico
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