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SEGU~DO

SÁBADO

cegu~dad,

la insensibilidad, el abandono .de

Dios

,

siguen

de

cerc'.:l

á

los primeros desórdenes. Bien pronto se ve re–

ducida

á

la última

miseria:

C~pit

egere.

La

necesidad

y ,

la carestía

de

todo,

tan

poco conocida en la casa de su

su

padre, obligó al

pródig~

á ponerse á servir

para no ·mo–

·rir de

pambre.

Tal es la suerte de los que dexan

á

Dios.

¡Se

teme estar demasiado

,,sujetos

en

su servicio!

¡

Ah

S~-

·

ñor,

y

qué

esclavo mas sujeto,

y

que

tenga~ mas

que

su–

.frir

que un libertino! .

¡d~choso

él, si

Ia

vista de

su

miseria

-le

inspirase una

vudta

sincéra,

y

una con

version

pronta!

PUNTO S .E G UN D

O.

·Considera con qué

bondad ·, con

qué

sabiduría se

porta

Djos

en

la

conversion

d-e1

pecador:

In se revérsus.:

el hijo

.pródigo empieza entrando en sí mismo ; este es el primer

paso del pecador, que 1'novido de

]q

gracia, piensa seria–

·mente en convertirse. Los mundanos, los libertinos nada

temen tanto como

entrar

dentro de

f ~

mismos: ven en

-sí

tantos desórdnes, que se espantan; oyen

tantos

remordi–

mientos.; que se asustan: este es el motivo por qué se

vive

en

el

mundo en

.un tumulto

continuado, diversiones,

vi–

sitas, tertulia.s, pasebs , espectáculos p rofanos , juego; aun

no se acaba-

una

de estas cosas,

qij,andé>

ya

se echa

mano

·de

otra.

i

Con

qué ojos mira

una muger

del

mundo

unos

· ~

dias de

retiro~

¡Que amable es, Dios mio, vuestra mise–

ricordia! En el mismo tiempo que

el

pecador vive mas ol·

vidado,

y

se. aleja ·mas de

vos ,

vos os acerca

is.

mas á él:

In -se autem revérsus.

Las reflexiones saludables que hace

el pródigo

sobre

el lastimoso esta,do á

que

se ve reducido,

la

t_r.iste

comparaeion de lo que es léjos .de la casa de

su

padre,

y

de lo que era en la casa . de· su padre , le hacen

conocer su locura,

y

su lastimoso extravío.• ¡Dichoso mo–

mento aquel en que el pecador, con la ayuda de Ja luz

sobrenatural de

la

gracia, descubre sus errores,

y

conside–

ra despacio

la indignidad

de su

esclavitud

l

Represéntate

un enfermo

.que ha ·

es tado .algun tiempo con delirio;

y

·

· que sentada su sangre ,.

y.

colmados los espír,itus, descubre

ó

-tiene noticia de todas sus. extravagancias.

Uno

de los

!

puntos. de-su locura era

imagi~rse

que era rey,

hablaba

. en tono de soberano, mandaba como si enla realidad. fue–

_, . _ ra

1