NOVIEMBRE. DI:.\)ÍII.
el poderoso te,mire con ceño ,
cj.e
que el grande no te fran-–
que~
sus auxilios ,
d~
qué tu$·
~mulo~
triunfen ·qe .tu iqo–
cencia
ó
de tu justicia : temores de que el amigo lo sea
aparentemente,
y
te haga traicion «;!n materias interesan–
tes: temores en órdeci
a
tu salud : temores sobre la consti–
tucioq
ó
colocacion de tu familia;
y
temores, fi.nalmente,
sobre todas las acciones las inás mínimas · de tu vida.
Y
qúé has de ser tan necio, que teniendo una cierta necesidad
de vivir siempre con temor,- no has de dirigir éste de mo–
do que te produzca tranquilidad de .espíritu, paz en la con–
cienéia'
y
una cierta seguridad en órden
a
l~
salvacion de
tu alma? Qué tienen de apetecibles esos temores tumultuo·
so3
y
llenos de sobresalto que causa en ti el mundo,
y
que
te obligan
a
pasar una vida triste , dura
y
amarga
?
Teme
á
Dios,
ó
christiano, que este temor es santo, este temor
es provechoso, este temor llenará tu alma de una tranqui-
1
idad tan pura, tan dulce y tan apetecible, que en ella dis–
frutarás anticipadamente los principios de la bienaventuran–
za eterna. Es dificultoso, no hay duda , el vencer
todos
los temores del mundo , y el acostumbrarse
el
hacer un
alto desprecio de las cosas que mas estiman los hombres:
es dificultoso mirar c0n desden la gracia de los príncipes,
despreciar el favor de los grandes •
y
hacerse desentendido
a
los hechizos de una gran dignidad
y a
los
brillo~
de un
puesto encumbrado. Pero dime, cuentas en tus acciones
solamente contigo
~
No sabes que la gracia de Dios lo ven.
ce todo,
y
que con elJa puedes tú solo mas que todo el
mundo~
Si eres christiano , debes tener en tu alma alta- ·
mente impresas estas ·ideas. Sé, pues, christiano,
y
usa des-
de hoy para, t.u provecho de los soberanos dones que te -coa-
_
cede el Esp1ntH santo.
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