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NOV1EMBRE. DIA XV.

en un

homicidio infame.

La

palabra de

una mugercilla

hace estrem':!cerse·

ti

aquella piedra que babia de ser el

fundamento de la Jglesia : hace que el primero de Jos após–

toles San Pedro niegue

a

su

maest ro Je u-Chri ·to. Podrás

tú acaso prometerte mejor

fortuna~

Toda razon apoyadtt.

con la prudeacia resol verá que no. Pues qüé remedio para

vencer las tentaciones de

tan

terribles enemigos

~

huir:

en la fuga allí consiste tu victoria. Lo que en la milicia

temporal te ocasionaría un deshonor eterno, te

llenará

de

gloria

inmortal en

la milicia

de jesu-Christo.

PUNTO SEG U

N

D O.

C

onsidera,

q,ue

aunque el remedio mas oportuno

y

mas

,1seguro pé;ira vencer las tentaciones es la fuga de ellas,

no

a

todos es dado poder usar de este medio , porque

no todos pueden vivir en una soledad

ó

forma rse un re–

tiro dentro de sí mismos abstrayéndose de los negocios

del mundo. Pero en este caso es tal

la

misericordia de nues·

tro Dios ,_que ni permite que seamos tentados sobre nues·

tras fuerzas, ni dexa de franquearnos generosameute

sus

gracias para que · podámos conseguir una completa

v

ic–

toria.

Es cierto , que si fuera posible el que todos los hom–

bres pudiesen vivir separados unos de otros, tendrian mé·

nos ocasiones de perder ·su inocencia ,

y

sus costumbres

escarian mas

el

salvo de ser cóntaminadas con los malos

exemplos. Pero esto es absolutamente imposible,

y

en el

mismo hecho de haber criado Dios al hombre animal so–

ciable, }e enseñó que

UDaS

tentaciones

Se

podTi~

Vt qcer

con

la

fuga ; pero que para otras era absolutamenre ne–

cesaria la pelea. La misma vida del Sal vador ofrece re–

petidos exemplos que confirman esta doctrina. A poco

t iempo de haber nacido se le ve emprender un d stier–

ro, huyendo de Herodes

y

de sus astucia-s , sin

repar~r

en la delicadeza de su edad, en la ternura de su madre,

en la pobreza del santo Josef, en

en

los caminos á·speros

que iban él emprender,

y

finalmente, en

ir

a

vivir

a

tier–

ras de idólatras ·, porque su infinita sabiduría dictaba que

en la fuga consistia el vencimiento. Lo mismo practicó

quando quiso el pueblo hacerle rey. Pero supo tambien

presentar

la

cara al enemigo, esperarle

y

vencerle quan-

p

3

do