NOVIEMBRE. DIA XVI.
Jos corazones al mismo tiempo que llenaba de luz los en–
tendimientos. Así, pues, se veían tal vez hombres de una
profunda erudicion, que se movían
a
lágrimas solo con oir-
1e,
y
deseosos de imitar sus exemplos' se retiraban
a
los
claustros para vivir mas santamente.. Durmiendo. una noche
se le representó en sueños la pi'eza donde enseñaba toda. ba–
ñada de luz, y como que salian de ella siete hachas en en–
didas; y la mañana siguiente siete discípulos suyos se
fué–
ron con un abad del Cister
a
tomar el hábito en su mo–
nasterio. En otra ocasion,. estando. para leer sobre el mis–
terio de la santfs.ima Trinidad se quedó dormido en la mis–
ma_cátedra , esperando. la hora para dar principio
a
la
leccion ;.
y
miéntras. tanto le pareció que baxaba del cielo
una paloma
y
le. metía una hostia-en la boca. Habló des–
pues del · altísimo misterio con tanta profundidad, que to–
dos conociéron la divina im.presion que le· dictaba. las pa–
labras. Siempre que predicaba salían éstas de un corazon
todo inflamado ,. y así eran palabras. de fuego que conver–
tian las alm_as. Predicó- la Cruzada de órden del papa, con
el privilegio de poder to.mar de las iglesias todo lo que ne–
cesitase;: pero no. usó de esta facultad, y anunció gratui–
tamente el evangelio,. premiando Dios.este apostólíco des–
interes con
el
don de milagros que le concedió. Predica–
ba un dia fuera de la iglesia de Wigorna ,
y
de repente se
cubrió el cielo de una nube tan negra
y
tan espesa, que el
auditorio se comenzó
a
remover para retirarse por miedo
de la tempestad .. Mantúvose quieto- nuestro Santo: volvió–
se ácia la nube , hizo·la señal de la cruz ,
y
dixo en alta voz:
ro
te·mando, espíritu maligno·, que te rerires. de este lugar,
JI
que na vengas
a
inquie.tar ti este pueb-lo.
Al pumo. reventó
la nube ,
y
anegando el agua to
do elcontorno,. no cayó
una gota en el espacio- que ocu,pa.ba el auditorio, man–
teniéndose sereno el ayre que correspondia a él , quando
estaba turbado. todo· el que le· rodeaba. Por este tiempo
estaba sin pastor el arzobispado de Canturbel,
y
se con–
sulcó al papa. sobre el
sug~to
a
quien se confiaria el cui–
dado de aquella iglesia. Eralo. lnocencio IV, quien en–
vió
a
Inglaterra sugetos de toda confianza para que se
informasen dd hombre mas benemérito de aquella elevada
dignidad;
y
uniéndo e todos los votos en favor de S:; n
Ed–
mundo, quedó electo canónicamente por arzobispo , confir-
man-