NOVIEMBRE. DIA XVI.
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bajo ingrato
y
estéril que- consume los espíritus: una
p~
...
sion
a
que se
sa~rifican
fos bienes, la quietud
y
la concien–
cia.• Grítase mucho contra la intensa .aplicacion que re–
quieren los exercicios espirituales ; pero mucha mayor in–
tension pide ána partida de juego: ella consume ea una
sola noche mas espíritus
qu~
muchos dias de oracion
y
de retiro. Buen Dios !
Con
qué atencion se está para se–
guir ·una idea.; para cautivar ·la' suerte, para aprovechar–
se de un descuido, .pa'ra prevenid la habiHdad
ó
el artifi–
cio del contrario' para descubrir en fin sus pensamientos,
para eludirlos, .
y
para suplantarle ! -Representémos una
mesa de jugadores: no hay Gosa mas grave, mas tacitur–
na, ni donde se note .máyor estudio, mas cuidadosa , mas
fürn aplicacion de
tóQ.aslas potencias.
N~gadós
enteramen–
te
a
toda ·otra conversacion que no sea la del intereses
y
la del juego, continuall}ente están maquinando en aquellas
cabezas algun incidente, algun lance favorable; tan abs–
traídos siempre' que llegaqdo
a
parecer enagenados, se
01-·
vidan hasta d_t! lasmas comu:ies atenciones qu e enseña la
urbAnidad
y
la buena crianza. Pero todo se les perdona:
posturas iQdecentes, palabras ofensivas, acciones descom–
puestas, rebatos ,
cóler.as,furor es, como aquellos enfer–
mos dementados que dan en un frenesí,
ó
por la demasia–
da disposicion de los espíritus,
ó
por la agitacion excesi–
va de la sangre. No se acaba con el juego el mal humor,
dura mucho mas allá. Un empeño indiscreto
y
obstinado,
por no decir una especie de furor de perpetuar la ganan–
cia 6 de r esarcir la pérdida, renueva incesantemente las
, partidas ,
y
hace mas violenta la pasion.
A
esto se reduce
aquella noble diversion que es hoy el alma de todas las
tertulias, el hechizo de toda la gente ociosa:, la ciencia de
todas las edades , el nudo de todos ·los pasatiempos ; y
es
-
to es lo que llama el mundo el desahogo del ánimo, ino–
cente recreacion , diversion honrada de los hombres de
1
bien, ocupacion ordinaria, y pasion dominante de innume–
rables personas que están perfectamente instruidas de las
obligaciones de un christiano, y no ignoran de quánta
conseqüencia es emplear bien
ó
mal el tiempo, y la terri–
ble cuenta que han de dar de este empleo malo
ó
bueno.
El evan¡{elio es del cap.
25
de San Mateo,y el mismo
que el dia _IV, fol.
78.
ME-