AÑO, CHRISTIANO.
MEDITACION
EL PELIGRO A QUE SE EXPONEN
los que pasan una vida inútil.
PUNTO PRIMERO.
C
onsidera el peligro el que nos exponemos haciendo
una vida inútil,
y
quanto_es de temer que atrayga- ·
mo.s sobre nosotros los castigos de un
Dios
justamente irri- ·
tado con aquella terrible sentencia que se fulminó con–
tra el árbol que no daba fruto.
Muchos-años ha que no cesa
Dios
de estarnos cultivan–
do: inspiraciones, gracias,
aux~lios,
lances
imprevistos~
leccion de libros , todo se dirige
el
convertirnos. Mucho
tiempo ha que
el
Señor anda buscando frutos,
y
solo en
cuentra hojas,
ó
el lo sumo, unos frutos como las manzanas
·de Gomarra: bella apariencia; pero lo interior podredum–
bre y amargura. Pues quál será nuestra
suerte~
Qué
debe~
mos
esperar~
El
árbol estéril es condenado al fuego ; pues ·
un christiano vacío de buenas obras, sin devocion , que
solo tiene de christiano el nombre y la apariencia, logrará
el cielo por razon de
su
legítima~
Quid est quod debui
u.ltra
fácere vinete mece,
&
non fe–
cH
Qué mas debí hacer por mi viña que no lo hubiese
hecho ,~
dice el Señor por su profeta. Trae
el
!a
memoria
todos los auxílios que te he dado, todas las gracias que
te he concedido : despues de tanto cultivo no tenia yo
mucha razon para esperar que esta viña diese buenos fru–
tos<; con todo eso ella no ha llevado hasta ahora sino
agra–
ces silvestres, verdes y amargos.
Nunc ergo
,
habitatores Jerz'tsa!em
,
&
viri Juda,
judicáte inter me
,
&
víneam meam.
Pues ahora vosotros
mismos , hombres ingratos , habeis de ser los jueces:
voso–
tros habeis de sentenciar si tengo razon para quejarme
de vosotros. Yo hize por vuestro
bien
mas de lo que voso..
tros mismos podíais esperar ; mucho mas de lo
que en
cierta manera pudiérais creer ,
y
seguramente mucho
mas de lo
que
érais capazes de imaginar, ni
os
hubiérais
atrevido
el.
desear. Vosotros mismos convenís
en
estos
beneficios
que habeis recibidó de
m! mano ; pero
acaso
por