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NOVIEMBRE. DIA XV.

231

J

ACULATORlAS.

-

F/lii accedens ad

s~rvitútem

Dei prtepara ánimam tuam

ad tentationem.

Eccles.

2.

Sé, Oiós mio, que

vos

teneis dicho, que el que se determina

a

serviros , siguiendo los ca.minos de vuestra

ley

santa,

debe p,teparar su alma para la tentacion.

Convertántur retrdrsum,

&

revereántur qui vdtunt mihi

mala.

Salm. 39. ·

Haced , Señor, que al .ver la fortaleza que inspira en mi

corazon vuestra divina gracia se vuelvan atras ,

y

se

confundan los que me desean todos los males.

PRO POS l TO S.

I

E

N suposicion de vivir en este mundo

y

seguir la carre- -

raque han seguido los Santos, se hace· preciso tener

la misma suerte que ellos tuviéron ; esto es, padecer con–

tinuamente tentaciones

y

aflicciones de espíritu. Todos aque–

llos que han sido verdaderamente amados de Dios han sufri–

do esta terrr_ible ·lucha. Job pierde sus hijos, su hacienda,

su honra

y

la salud de su cuerpo: A Tobías se le dice, que

porque era agradable al Señor

se

había hecho necesario

que padeciese la ceguera, el destierro, el cautiverio;

y

en

una palabra , que le probase la tentacion. A este tenor to–

dos los justos han padecido mas ó ménos ., segun la sabi–

duría de Dios lo ha ordenado ; pero todos ellos para ·cono–

cido provecho de su alma. San Pablo pidió

al

Señór que

le libertase del estímulo de

carne , qce llama ángel de

Satanás, afligido el apóstol con la tribulacion que le cau–

saba en su espíritu. Pero Dios, para consuelo suyo

e

ins-

. truccion de todos quantos se ven atribulados con tentacio–

nes, respoadió al santo apóstol, despues de haber oido

lrcs

veces

sus

súplicas:

Que

se tranquilizase,

y

supiese qüe su

gracia estaba pronta

, .'.V

ella b.1staba para vencer las ten–

taciones

:

que por lo demas, debía tener entendido

,

que

la

virtud

se perfecciona con la enfermedad, con ta prueba

.Y

con

la

tentacion.

(

2.

tid

Corínt cap.

12. )

E tos exemplos de

unos Santos ·tan amados de Dios deben convencerte de que

las tentaciones son necesarias ,

y

de que como dice S. Agus–

tio

(lib.

11.

dd Genes. cap. 6.)

Dios permite

que seamos

ten-

P 4

ta-