NOVIEMERE. DIA XIV.
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car, libremente quiero ser condenado. No hay cosa mas
legítima
que
este -discurso
y
esta conseqüencia.
2
Todo pecado mortal le has de considerar como un le–
gítimo derecho que adquieres
a
tu rcprobacion,
y
como un
título que
te
asegura una eterna infelicidad.
De
quántas pia–
dosa" industrias se valiéron los Santos para hacerse como
palpable esta gran verdad! Unos, en lo mas fuerte de la
tentacion escribían estas palabras:
Consiento en ser condenado,
-
Si consiento en. el pecado.
Otros, aplicando los dedos
a
la llama, se preguntaban
a
sí
mismos, si podrian habitar por toda
la
eternidad en medio
de los ardores del infi erno: muchos, finalmente, se hacían
familiar esta sentencia tan
importante:
Mi salvacion será
obra de Jesu Christo; pero mi condenacion será obra mia si
tengo
la desgracia de perderme•.
)
DIA
QU~NCE.
San Maló,
obispo
y
confesor.
,
F
UE San Maló o.riginario de la Gran Bretaña, de casa
noble
y
antigua.
Su
padre, segun algunos autores, era
conde de Winchester.,.
y
su madre una gran señora, tia
ma–
terna de Sanson
y
San Maglorio ; pudiéndose decir, que
fué de una familia acostumbrada
a
producir Santos. Dié–
ronle por maestro
a
San Brandan , varon ilustre en
doc–
trina
y
en santidad. Desde que se puso baxo la discipli-
,na -del santo abad dió. Maló claras muestras de su buen
ingenio: era
muy
á
propósito para las letras').
juntando
a
la facilidad de aprender, una docilidad
y
una condescen–
dencia que le
hacia
amable
a
todos los monges de la casa:
a
todos respetaba,
a
todos servia,
y
se
dexaba amar de
todos. Solo tenia de niño la inoceucia
y
la sencillez de
las costumbres: huía de todo juego, de toda merienda,
de todá ligereza pueril, y era ab tinente ántes de cono–
cer por el nombre
a
la abstinencia : gustaba de leer,
y
la
oracion
tenia
para
él un especial atractivo. En el
in-
.
~e~