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AÑO CHRISTIANO:
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'
la humildad. Quién tendrá valor para decir que no pue-
de sentir baxamente de sí mismo: que no puede hacer mas
concepto de los otros qúe de"
sí~
Nunca nos faltan razo–
nes para creer que es mayor ·el mérito de los otros que
el
nu~stro~
Hay muchos ·que no pueden estar dotados · de
un eminente don. de oracion; pero
qui~n
hay que no pue–
da humillarse en ella, reconociendo su nada , su poca vir-
. tud, su miseria,
y
de
~sta
manera hacer mucho quando
parece que hace nada
~
No siempre puedo hacer todo el ·
bien que quisiera; pero siempre _me puedo humillar de–
lante de_ Dios
a
vista. de lo poco que soy capaz de ha–
cer
y
sup ir de este modo lo 'mismo que no hago. No siem–
pre pu do estar en oracion : no siempre puedo ayunar ni
/exercitarme en obras de caridad -; pero siempre puedo
hu-
, millarm_e.
o
humildad
r
catniiío breve
y
fácil;
per<;>
tami-
1)0
seguro para. arribar
a
poca. costa
a
una eminente vir–
tud!
Oe qué
dependerá
qu·e
·no
tomemos este
camino~
No
es menester salir de nosotros para encontrar mil motivos
de humillarnos: dentro de
nu·estra
terreno hallarémos quan–
tos motivos, quantas razones se pueden d,iscurrir
'.Qa.I:~
aba–
tir nuestrQ orgullo. E ste mismo. orgullo nu(;!stro ,debe .se:i:
uno
:de
los ·grandes -motivos de humillaci9n
en:
qtílen
no
tenga el mal gusto de atolondr.arse , de atui:d irse
y
de eu•
g~ñarse
a
sí
mismo.
La
humildad debe ·extenderse
a
to–
das las. clases'
a
todos
los
estados'
a
to.das lás condicio–
nes. Tan obligados están
a
ser humildes los grandes co-
. mo
'los pequeños. Es,
a
la
ver.dad, un poco mas d ifídt la
prá..ct·ica respec to de aquel los , ppr quanto todo conspira
a.
lisopjear.los.
y
á
engañados ;_- ma.s
1
no 'por eso
es
menor
n1
menos md)spensable su
obhgac1on..
Los pequeños mu–
chas veces son humillados sin ser humildes :
y
los gran–
des siempre quisieran ser humildes sin set humilla.dos. Des–
engañémonos, no
hay
virtud_
algun_~:
sin aquella
~hri
tia–
na humildad ,:que no consiste.:tm conocer claramente cada
uno, que verdaderame·nte le
falta.
el · mér ito
y
la$ pren–
das que afecta y que
no
tiene: esta es una humildad de
puro entendimiento que. basta en los réprobos se puede
hallar,, sino en gustar, en alegrarse de que los ·otros co–
l!loi can
ta robien las prendas de que carece,
y
el mérito
que. le
·falta.
Esta es aquella humildad de corazon que nos
enseña Jesu-Christo quande nos .repite en el evangelio tan·
ta¡