NOVIEMBRE.
DIA XIV.
197
nóbilu, no.r
autem ignóbile.r.
U.rque in hanc hDram,
8
esu–
,.;mus
,
S
sit ímu.r
,
S
nttdi
.tumu.r
,
S
cólaphis ceedimur,
e
in.stábi!e.r .rumÜs
'
s
labo–
,.átnus operántes mániba.r 110.r–
tris
:
maledícimur
,
S
bene–
Jícimu.r
:
per.recutiónem páti._
mur,
S
su.rtinemus: bJasphe–
mamur
'
&
ob.recramu.r
:
tan–
ljtlam purgaménta huju.r mun–
di facti sumus, ómniurn perip–
.tema u.rque ádhuc. Non ut con–
fúndam vos
,,
hcec scrib(), sed
ut filio.r me().r charís.rimos mó–
neo in Chri.rtlJ
Je.ruDámi–
nfJ no1tr'().
·
\
(
sotros fuertes , vosotros glorio–
sos,
y
nosotros deshonrados. Has–
ta
es~a
hora tenemos hambre
y
sed, y estamos desnudos, y so–
mos heridos con bofetadas ,
y
no
tenemos donde estar,
y
nos fati-'
gamos trabajando con nuestras
manos: somos maldecidos,
y
ben–
decimos: padecemos persecucion,
y
tenemos paciencia: somos blas–
femados
y
hacemos súplicas:
he–
m_os llegado
a
ser como la basura.
del mundo,
y
la hez de todos hastél
este punto. No os escribo estas
co–
sas para confundiros ; sino que
os
aviso como
a
hijos mios muy
amados en Christo
J
esus nues trt»
Señor.
.
.
NOTA•
.
"
(~Habiendo
ganado
los
falsos
apóstoles
el
algunos
co–
,, rfntibs ' hiciéron
quanto
ptidiéron para
desacreditar
a
,,san
Pablo;
por
lo
que el apóstol se vió precisado
a
es~
"crioir
.esta·
epístola
3.'
los fieles de aquella ciudad para
,,abrirlos los ojos, haciéndoles
patentes
los lazos que los
,, armaban."
RE F L E X I O N E S.
N
osotros somos necios por amor de Jesu -Christo. NfJ–
-
sotros somos flacos, vosotros fuertes. Vosotros sois
nobles, nosotros h,omb7es desconocidos.
Esto sentia de sí
San
Pablo,
y
de
esto
se
honraba.
No
hubo Santo que
no
hubiese sentido muy baxamente de sí mismo:
la
humil- ·
dad, que es el fundamento
de
todas las virtudes chris-.
tianas ' los caracterizó , los distinguió
a
todos.
u
na de las
grandes obligaciones que tenemos
a
Dios es , que hubiese
hecho '
·dependiente riuestra salvacion de nuestra humil–
dad,
y
no
de nuestra elevacion.
No todos
pueden
subir
y
elevarse; pero
todos pueden baxar
y
abatirse.
No
to–
dos
son capaces de
hacer
grandes cosas por Dios, de
em–
prender árduos asuntos por su glorü1; pero ninguno hay
que
no
se pueda htTTbillar. Bien se
puede
decir, que nin–
guna virtud christiana está
mas
i
la
mano de todos
que
N 3
la