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NOVIEMBRE: DiA XIV.

199 .

ta - veces: aprended de mí

que

soy

manso

y

humilde

de

corazon :

D fscite·

a

me, .quia mit is sum

,

&

hzímilis corde.

El

evangelio

1

es del

'capitulo

12

de S an L úcas

,y

el

mi.r-·

moque et •dia X III, fo ¡,.

1

?7·

-

.

_ ·

.

·· MEDITAClON.

NO . HAT CONDENA DO QUE NO ESTE CONVENCIDO

de que su

condenacion ·fué.

obra de sus manos.

~

'

P ·U N

TO PRIME R O.

C

onsidera qué rabia' qué desesperacion será la de un

co'ndenado por toda la eternidad quando considere

qu~

él mismo

y

él solo fué el artífice de

su_

conden~cion.

Si

se

eondenó,

fué

puramente por su culpa: si se conde–

nó,

fué

porque él lo quiso así: si

se

condenó, fué por–

que no le dió la gana de corresponder

a

la gracia de J esu–

Christo. Habia hecho este Señor todo el coste para su sal–

vacion.: no le había excluido de la gracia de la redencion

este divino Salvador: nació, vivió en la tierra, padeció

y

murió por. él como por todos los predestinados, merecióle,

y

le comunicó tambien todas las graci as suficientes

p<ua

ser santo. Esta verdad

es

de grao consuelo para todos

los

fieles; pero no es de menor desesperacion para los

~nfe­

lices condenados.

Si Dios los hubiera dexado en la masa de la perdidon-!

si no hubiera muerto por ellos : si les hubiera negado

las gracias absolutamente necesarias para la salvacion,

no por eso sería ménos funesta su suerte, ni su mal ménos

infinito; pero entónces toda su rabia , todo su ódio, todo su

fu or se volveria contra

Dio~,

que solamente los babia

s~-cado de la nada para perderlos. Mas qué entirán

1

Cómo

bramarán

!

Qué rabia tendrán cont ra sí mismos sabiendo

muy

bien

q11é

Dios era aquel buen pastor que amaba

a

to–

das sus ovejas : que aquel juez era un

iil vador que habia

derramado su sangre por todas el las: que aquel criador

fué

el mejor de todos los padres que nada los negó de lo que

les pertenecía: que desde el mismo punto que

l o~

' acó

a

la

luz del mundo los ent regó todos su biene : que ni

a

uno

so

1

0

dexó sin darle al gunos talento5, con órd n de ne

ciar con d los, respecto

a

su salvacion, la qual solo se con-

.

N 4

ce-