NOVIEMBRE. DIA XIV.
201
yéron desde la niñez, la christiana educaéion , las fuertes
inspiraciones, sus-obligaciones, sus desgracias , las enferme–
dades las pesadumbres,
todo · l~
disponia el Señor para evitar
su
·perdicion.
Condenó.seporque se quiso condenar ,
y
eter–
namente estará bien persuadida de esto.
Aquella persona consagrada
·al
Señor
y
dedicada
a
su
servicio con los mas sagrados vínculos, eternamente estará
vieado en el infierno, si tuvo la desgracia de ser precipita–
da en aquellas llamas , que le hubiera .costado mucho mé–
nos traer una vida ajustada, observante
y
uniforme en el
estado·:eclesiástic<J secular
o
regular ~
que
la
vida aseglarada
y
desbaratada que hizo : verá que su cóndenacion
fué
obra
de sus manos :-verá que
fué·
menester- oponerse , obstinarse
empeñadamente contra los re'tl1ordimientos de
su
concien–
cia , contra las luces de la misma razon , contra las solici–
taciones de la gracia para ' perderse.
O
Dios ! qué furioso
arrepentimiento será el de un eclesiástico, el de
un
religio..
so
,
el de
un
sacerdote condenado! ·
"
Represéntate
un
hombre
que por
un
rapto
de
locura
o
por un exceso de borracher a puso fuego
a
su casa.
Qu an–
do aquel loco vuelva en sí,
ó
quand o
disipados los humos
de la
embriaguez se halle restituida
Ja
razon
él
su
natural
serenidad, qué dolor , .qué desesperadon será la suya al con:..
siderar que él mismo
fué
el
qNe
convirtió su casa en un
monton de cenizas; que él mismo fu é el que con ella con–
sumió sus muebles, sus bienes·, sus almacenes, y todo·
quan–
to
posefa ea el mundo: al reflexionar que se ve reducido
a
una infeliz mendiguez porque quiso perder quanto tenia: que
era hombre de conveniencias,
y
aun quizá r ico, que podía
ser dichoso
y
estimado ,
y
por un frenesí, ó por un exceso
se le antojó vivir infame , miserable
y
aba tido~
Compre-
. hende, si es posible , el dolor
de
este insensato quando
ba–
ga
reflexion
a
su
brutalidad. Pues. considera la . desespera–
cion de
UFI
condenado quando piense
(y
lo estará pensando
por toda la eternidad., mal que le pese ) que se condenó por
culpa suya.
Mi
Dios , pues me habeis dado tiempo para conocer an–
ticipadamen~e
aguella dese,.peracion , dadme gracia para
pre a
ver
tan ta desdicha. No, mi
Dios,
no quiero perder–
me: resuelto e toy
a
sacrifica rlo todo'
a
padecer todo,
a
practicarlo todo para salvarme por los méritos de mi Se-
ñor