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tando , como e tamos, bien instruidos en

lai

grandes ver.:

dadt::s de nuestra re igion y n l · s

m:~ximas

del evange–

lio, nos p r., uadiríamos nunca

a

que aquellos habian si–

do santo

?

Qué casta de santidad es esta ( diríamos entón–

ces con indignadon) que nos vienen

a

cacarear unos hom–

bres tan imperfectos como nosotros! No es esto propia–

mente echar

a

rodar la idea justa que todos tenemos de

la virtud christiaoa? Si pudiera uno ser santo entregán–

dose

a

la profanidad '

a

,la licencia

y a

los pasatiempos,

quítesenos

d

evangel"o. A qué propósito un moral rígi–

do, estre ho y aparente, -iuando puede uno ser santo,

quando se puede salvar

a

ménos costa?

y

si después de

nuestra muerte le diera

a

alguno la gana de escribir la

hi toria de

nu~stra

vida, creemos sériamente que se ha–

llari n muchos que nos tuviesen por santos? Pues cómo

lo querémos ser no mudando de conducta ? Cuéntase mu –

cho con la mi ericordia del Señor : está bien! ningunos

contáron mas con ella que los Santos; pero est(l. su con–

fianza los hizo acaso mas descuidados o ménos

penitente-s~

Haced ,

1

Señor, que no me sean sin provecho unas

reflexiones tan ju tas y tan importantes. Conozco el gran

peligro en que estoy: dadme gracia para no malograr el

exemplo de los que deben servirme de modelos.

NOVIEMBRE. DIA VIII.

J

A C U L A T O R 1.

A S.

Beáti

immaculáti

in via,

qui ambulat

in lege Dómíni.

Salm.

118.

ienaventurados los que se conservan inocentes,

y

caminan

con fidelidad por la ley santa del Señor.

Da

mihi intelléClurn,

&

scrutáhor !egem tuam:

&

custódiain

illam

in

toto corde meo.

Salm.

118.

ame , Señor, entendimiento , que

yo

meditaré vuestra

ley ,

y

me dedicaré

a

guardarla con todo

·

m1

corazon.

PROPOSlTOS.

E

L exemplo de los Santos hará el proceso

a

todos Jos

qut! uen n la desgracia de perderse. Serán los San–

tos unos testigos, que por decirlo así, se nos confron–

tarán ,

y

su declaracion contra nosotros no sufrirá ré-

pli-