NOVIEMBRE. DIA
IX.
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bre
el monte Celio, la qual se llamó la iglesia del Salvador,
por haberse d dicado en honra suya.
Aunque el culto GUe debemos
a
Dios no
e st~
ligado
a
un sitio mas que
a
otro;
y
'~maque
en todo lugar pue–
den y deben adorarle en spíritu y en verdad los verdade–
ros fi eles, como se expiica
el
mismo Sa.l vador, sin que ya sea
menester subir al monte
ó
ir
a
Jeru. al en para adorarle, pues
en todas partes está presente 1 'eñor, qui o no obstante
esco~ftr
en la tierra algunos sitios donde
se
le ofreciesen
sa–
crificio •
y
tener encre nosotros, por decirlo así, algunas
cosas para recibir nuestras visitas, oir nue tras s-(ipt.icas , re–
cibi r
y
despachar nuestros memoriales. E scogió el monte de
Moriah para que Abrahan le sacrificase
a
s-w
hijo Isaac,
y
en
1
mi mo qui o ser singularmente
honr~ rlo
y
glorifi cado,
in pi rando
a
Salomon que edificase en él aqt¡el magn·ífico
y
sa nto templo de Jerusalen, único lugar dest1in
do
para los
sacri ficios. Habiéndose quedado dormido Jacob en el cami–
no de Bersabé a Harán, quando dispertó , despues de la
vl–
sion que tuvo , exclamó todo asombrado : verdaderamente
que e<\ te
lu~ar
es
terrible! No es otra cosa que la casa de
Dios ,
y
la pu rta del cielo :
Non est hic aliud nisi Dominus
D ei,
&
porta
cad í.
{
Gen. 28. )
Quando Dios levantó la mano del azote con que quiso
castigar la vanidad de David, le mandó eregir un altar ea
la
era de Ornam el Jebuséo,
y
ofrecerle en él holocaus–
to y hosrias pací ficas. lnvo ó en él al Señor el piadoso mo–
nar
, y
e l
8eñor le oyó , hacien o baxar fuego del cielo
s
)bre el al tar del holocau!" to.
(1
Pa ral
'2I.
'22.)
Viendo Da–
v id que Dios aprobaba su -sac ificio coa aqu l :a
maravill~
no J u ) que aquel era el si tio destinado por Dios para
Ja
ed1ficacion d
1
tem p le~ ·
y
que con aquella mil agrosa seífal
k
aba a en tender que e cogia aquel lugar para ,casa su–
y a,
y
para que se erigiese allí e l. alear de lo holocaustos:
D ixitque D avid : H rec es domus D ei,
&
hoc ,aitáre
in
ho–
lvcaustum I srael.
El mismo prí ncipe , homb re segun el
corazon de Dios, re ol ió edificar .un temp o al
Se ~ or,
y
para eso hizo grandes prevencione ; pero el mi mo Señor
le di
a
entender, que la honra y la dicha
ck
exc:cut: .r aque.–
lla grande obr
e taba
r ~servada
para su hijo , y no para
él.
Desde que libré
a
mi pueblo del c utiverio de E ipto
( le dixo Dios ) en ninguna de lds tribus de
hra~l esc~gí
CIU·