DE VOTOS.
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un corazon tan puro un natural tan felíz?
y
una in- Dia XVIIL
clinacion
á
la virtud tan poco comun , que todos le
miraban con admiracion. Era costumbre entre los
Ju-
díos
dar á los ninos algunos libros sagrados luego
que habían aprendido
á
leer, dice el mismo Autor;
T
más encontraba tanto gusto en esta leé1ura , que
hacía de ella todas sus delicias
y
toda su diversion.
e pues de haberse emple d
y
gastado el
tie~po
comp teme en su exercicio de Pescador, en lugar de
irse
á
dive rtir con los jóvenes de su edad
y
de su
con i
i
n ,
se retiraba al T mplo, ó
á
algun lugar
parad
del
bullicio, para
extr
ah r
de los libros sa–
gra
aquel spírirn de
pied~d
y
de religion , que
d
bia ha
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ign de ser un dia uno d l os mas
g
n
·r
s
y
mas amant
s
di cípul
s
del al ador del
mundo. Tal
fu
la niñéz
y
la ju entud de Tomás an4
t es d ser llamad al Apostolad . Pero no tardó el
S
ñur n n ed rle e ta gra ia.
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nd oíd nuestr anto hablar de
las
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ra
·illas qu br a el Sah ad r , no dudó que fuese
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ías pr rnetid
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tanto tiernp esperado.
o mi m fue
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,
que dexar todas las cosas, por
guirl
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Ípulo le seguía
á
todas par-
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y
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que daba bi n
á
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1 l ad r p r una predilecci n singular,
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