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DEVOTOS.
po que los Judíos le buscaban para apedrearle;
~y
Dia XXI.
eómo, Sepor, le dixe ron, teneis valor para v-0 lver
tan pronto
á
Judéa
~Entonces
Santo Tomás , viendo
á
su M
stro determinado
á
_partir,
y
á
llevar con-
sigo
á
los que tendrian valor para seguirle,
y
serían
mas generosos que los·otros; vamos les dixo, va-
mos , sigamos
á
nuestro buen Maestro;
y
si es pre-
ciso, murárnos tambien con
él.
Una resolucion tan
generosa no podia venir sino de un amor tierno
á
J
esu-Christo ,
y
de una fe .firme,
y
a
prueba de 1 rna..
licia de los Escribas
y
Fariséos.
La confianza con que nuestro Santo se tomaba la
libertad de preguntar al Salvador, da bastantemente
á
conocer que Santo Tomás era uno de sus mas arna..
dos Apóstoles. Celebrando
Je~us
su últjma Cena con
sus Discípulos, la noche que precedió
á
su Pasion,
les dió diversas jnstrucciones para consolarlos
y
for–
talecerlos contra la turbacion
y
la tristeza,
~n
que los
h abía puesto , al anunciarles que iba
á
s~r
un motivo
de escándalo
á
todos ellos. No os turbéis , les dixo
Jesu-Christo; vosotros creeis en Dios, creed tambien
en mí. En la Casa de
mi
Padre hay muchas moradas.
Yo voy
á
prepararos un lugar; volveré despues
á
tomaros , para conduciros allá; no.ignorais el lugar
á
donde voy ,
y
por qué camino se va. Entonces San–
to Tomás
le
dixo: 'Señor, nosotros· no sabemos el
lugar adonde vas :
z.
Cómo , pues , podemos saber
el ca mino por donde se
va~
á
lo que respondió el
Seiíor, que él era el camino, la verdad
y
la vida;
y
que
nadie iba
á
su Padre sino por
él..
Habiendo sido
etido el Pastór, se
spar ieron
las ovej as. El miedo disipó por
algun
tiempo
el
reba-
.
ño;