EXERCICIOS
Diciembre. si no lo ven; por mas que me digais, les respond'ó,
no me persuadiréis que mi buen Maestro está vivo;
no lo he de creer, sin que vea con mis ojos sus m&:
nos agujereadas con los clavos ,
y
sin que meta en
ellas el dedo,
y
la mano entera en la llagad€ su.cos–
tado , para conven'-erme que está en vida.
El
Salvador no quiso dexar mucho tiempo á su
amado discípulo en su incrédula perplexidad. Como
no permitia esta infidelidad sino para hacernos
á
no–
sotros mas fieles, volvió al mismo parage ocho dias
dcspues, buscó el tiempo en que los Apóstoles
y
los
discípulos estaban todos juntos, entró, cerradas las
puertas , y se presentó en medio de
la
asambléa,
donde se hallaba tambien. Tomás.; habiendoles sa–
luaado, y dadoles la paz, se encaró
á.
este ·amado
Apóstol, y le dixo: Ven, hijo mio , y convéncete
por
tí
mismo de la verdad . de mi Resureccion; con–
véncete por tus propios sentidos , que este que ves
es el mismo cuerpo que yo tenia en la Cruz; mira
mis manos taladradas, mete en ellas el dedo; mira
la
llaga de mi costado , mete en ella la mapf} ;,
y
no
seas incrédulo, sino fiel; mis palabras, mis promesa.s,
las pruebas insignes que yo habia dado de mi Resu–
reccion, y el testimonio de todos tus hermanos, de–
bían bastar para convencerte de un hecho tan estu–
pendo. Al decir esto
el
Salvador, obró en
~1
cora–
zon del obstinado discípulo una tan prodigiosa
ll1U–
danza, .que de incrédulo se hizo fiel, reconoció sen–
siblemente que el que le hablaba era su Salvador;
y
hecho un
mar
de lágrimas, se postró
á
sus
pies,
y
abrazandose con ellos, exclamó como transportadd:
¡Senor
mio,-y·Dios mio!.Entonces el
Salvador,
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